«Abusaban de todas nosotras». Este es el terrible testimonio de la exintegrante de Pussycat Dolls, Kaya Jones. La chica se unió a la banda femenina cuando era todavía una adolescente, en 2003, y abandonó la agrupación dos años después.
El escándalo de Harvey Weintein no ha hecho más que abrir la caja de Pandora y ahora son muchas las mujeres de la industria del entretenimiento que se atreven a hacer público su infierno. Y más allá de Hollywood y el cine, la música parece que será el próximo mercado de acusaciones y confesiones, después de que Kaya Jones haya dejado perplejos a todos.
La chica ha asegurado que la banda era en realidad un círculo de prostitución, en el que todas las integrantes eran obligadas a tener sexo con ejecutivos del medio. Fue la razón de que ella dejara un grupo que llegó a vender 53 millones de discos hasta su disolución, dejando con seguridad más víctimas que podrían comenzar a hablar.
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