Neymar, Cavani y Mbappé aniquilaron al Anderlecht, que cayó fulminado (0-4) en la tercera jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, y dejó a los franceses a un paso para la clasificación para octavos.
Entre los tres han logrado nueve de los doce goles que ha conseguido en los tres primeros partidos de la Liga de Campeones el PSG, una seña de identidad que le otorga el aura de los favoritos, que les convierte en temibles para los rivales. Sin haber concedido un solo tanto en contra.
El Constant-Vanden Stock olía a masacre cuando Mbappé aprovechó un genial centro de Verrati para batir entre las piernas de Sels.
Al borde del descanso, en el 44, Neymar dividió la defensa belga, disparó contundente desde el borde del área, el balón, mal rechazado, llegó a la cabeza de Mbappé, que sirvió para la de Cavani que solo tuvo que empujar el balón a la red.
Sin brillo y 0-2 al descanso. La firma de los grandes. Un guión que no cambió tras las duchas, el mismo guión, trabajo de hormigas frente a pisadas de elefantes.
Faltaba el gol de Neymar, que llegó en el 66, en una falta bien situada, un gol astuto, de esos que parece que quien los hace sabía el futuro diez segundos antes, que la barrera del Anderlecht saltaría y dejaría bajo sus pies un hueco que el meta no iba a anticipar y, por ahí, como si nada, el balón encontraría el camino del arco.
A la fiesta se unió Di María, que había sustituido a Cavani y que no celebró su gol.
DC | EFE