“Calma y cordura”, esas fueron las sensatas palabras con las que el general López Contreras inició el período de transición a la muerte de Juan Vicente Gómez. Hoy necesario y pertinente recordar. El caos y la estupidez que reinan en nuestros sectores políticos y sociales, requieren asumir con calma lo que está pasando. Si bien aún no se vislumbran los acuerdos necesarios para lograr los cambios fundamentales que darían viabilidad económica, política y social al país, no justifica en lo absoluto la notoria actitud cerril o cerrera de los que dirigen los partidos políticos.
En el mismo contexto, la oposición, signada o no por la MUD, le sale un acto de contrición personal, política y como organismos de participación. Sea la disidencia o la resistencia, asumir el espíritu de nación como el “mía culpa” para incorporarse con la prudencia y los canales de real seguridad, ojo con los esquiroles de la libertad. La participación protagónica no es una vana afirmación constitucional; gracias a esta, el venezolano tiene su propia condición de dejarse oír, y de accionar en los espacios que desee. Lo que nos hace coparticipe automático en la lucha de los valores que constitucionalmente se establecen, sea la democracia, la libertades, los DDHH, entre miles más. No es una MUD, una disidencia o una resistencia civil la que nos paute la lucha.
15/10/2017 era el día “D”, la toma de los espacios regionales que le darían más cuerpo a un pueblo que se niega a morir bajo la bota comunista. Pero lo obtenido fue un episodio frustrante y doloroso en este camino de la espinosa travesía para derrotar al régimen castro-madurista. Lo que nos lleva a entender dos cosas elementales: Primero, que no andamos y menos todavía funcionamos nada bien, para remate la cohesión no existe. (Oposición en general)
La segunda, no se tiene la magnitud, ni la malicia y menos la astucia para comprender que estamos compitiendo con tramposos y sin escrúpulos. Cuando calificamos a un régimen de dictadura, no es vano, estas ejercen su condición hasta el final; no sea hasta que son echadas del poder por las vías constitucionales, o ¿no es así?
Hoy la sociedad venezolana no se merece por condiciones ajenas a esta, a terminar detrás de la ambulancia cómo tal quedamos; lo que nos indica que la conexión entre la heroica lucha de la población y la dirigencia de la oposición sea la que sea; esta desconectada, pero su presencia nadie la duda por mucho que afirmamos que se acabe. Para esto, cabria la pregunta más razonable que pueda hacerse: ¿Debería existir el Psuv, a pesar de la enorme catástrofe cometido contra el País?, pero allí esta, es una realidad. Es entonces que pese a las cosas buenas obtenidas ¿serán un fardo pesado y sin valor? Cuidado con lo que se deseamos.
Mas que “refrescar” liderazgos de cara a una nueva alianza opositora, la reingeniería debería comenzar con el establecimiento de nuevas formas de organización, a nivel municipal, regional y nacional. Un gran acuerdo nacional, tras un acto de contrición sincero. Hay que hacer el esfuerzo, Venezuela lo merece. Lo sucedido, es un episodio que hay que levantarse, sacudirse el polvo y afrontar el próximo paso para reconquistar la democracia.
Dr. José Pons B /@joseponsb/ Movimientos de Ascenso Social–“Redescubrir nuestros destinos, apegados a los tiempos de hoy”