El virus del sida (VIH) se propaga “rápidamente” en una apartada comunidad indígena del este de Venezuela, especialmente por la falta de tratamientos, revelaron investigadores.
“Se observa una prevalencia del 10 por ciento, es decir, 10 de cada 100 individuos están infectados. El VIH progresa muy rápidamente”, dijo el pasado lunes Flor Pujol durante un foro en Caracas organizado por Amnistía Internacional para abordar la crisis sanitaria en el país.
Se trata de la etnia warao, asentada en el estado Delta Amacuro, señaló la especialista del laboratorio de Virología molecular del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC, estatal).
Según el censo de 2011, los warao tenían entonces unos 50 mil integrantes, lo que los convertía en la segunda tribu más numerosa de Venezuela después de los wayuu, que habitan en la Guajira colombo-venezolana.
La situación “tiene consecuencias devastadoras”, sostuvo la viróloga, quien anotó que los pacientes diagnosticados se complicaron por la carencia de antirretrovirales.
Empeora
Venezuela enfrenta una escasez de medicinas que alcanza 95 por ciento en pacientes crónicos, según la Federación Farmacéutica, en medio de una profunda crisis económica.
A juicio de la investigadora, el VIH en la comunidad aborigen está “en un nivel comparado al de África al principio de la epidemia”. El continente llegó a concentrar un 70 por ciento de las muertes por la pandemia.
La tuberculosis, otro de los males que golpea a la etnia, favorece la “agresividad” de la cepa de VIH detectada allí, agregó. “Los warao tienen la mayor incidencia de tuberculosis en Venezuela y esta mezcla es particularmente nociva y dañina y hace que el sida progrese más rápidamente”.
En esa población el sida se desarrolla de cinco a siete años después del contagio. “Cada nueve meses se duplica el número de infectados”, alertó Pujol, que habló en nombre del equipo investigador.
Los primeros casos entre los warao fueron detectados en 2007 por el Comité Internacional de la Cruz Roja. Para 2011 había 37 diagnosticados, 21 fallecieron, y el resto nunca fue encontrado por personal médico, según Pujol.
Los expertos del IVIC estiman que el VIH fue introducido a principios de este siglo en esa comunidad, que habita en las márgenes del río Orinoco, uno de los más caudalosos de Sudamérica, según reseñó el diario El Carabobeño.
LV