¿Para dónde vas?, pregunta José Vicuña, taxista nocturno de la parada del Hospital Adolfo D’Empaire, en Cabimas, a su próximo cliente Ignacio Martínez, quien responde, “a la calle Maracaibo, sector Delicias Viejas en Cabimas”.
Vicuña de inmediato recordó y dijo en voz alta “a la calle donde hay muchos huecos, ya sé donde es”. Para Martínez, aunque no es de su agrado el comentario, reconoce que la vía en la cual vive no es repavimentada desde hace dos décadas. Los últimos vestigios de cemento colocados en cada hueco, fue gracias a la autogestión de los vecinos de la zona. Los representantes del ayuntamiento municipal, en reiteradas ocasiones, hicieron caso omiso a las peticiones de la comunidad, la cual también demanda alumbrado público, agua por tuberías y patrullaje.
El comentario dio lugar para que los 10 minutos del recorrido entre el centro asistencial y la vivienda de Martínez, diera paso al problema que afecta a más de 10 mil choferes, entre públicos y particulares de la localidad. Y es que las nueve parroquias que conforman Cabimas, padecen por el deterioro de la vialidad.
Situación que menoscaba la calidad de vida, puesto que el transporte público solo opera el 30 por ciento y el servicio de taxis es el más costoso en la Costa Oriental del Lago, además de dar paso a la proliferación de las famosas “chirrincheras”, que surgieron ante la necesidad de movilizarse de un lugar a otro, obviando las condiciones de traslado de los usuarios y las posibles consecuencias que esto acarrea.
Paseo tormentoso
Las calles del sector Tierra Negra, también de la parroquia Carmen Herrera, son escenario de la falta de interés en mejorar la vialidad en Cabimas. Los vecinos de la calle El Carmen, imploran que no llegue la época de lluvias, puesto que la calle se inunda de extremo a extremo y obstaculiza el libre tránsito tanto peatonal como en vehículos.
“Repararon la red de colectores y nos dejaron la calle hecha añicos. Por años sufrimos de las inundaciones que nos dejaron serias consecuencias, entre ellas enfermedades por la presencia de mosquitos y zancudos”, dijo Rafael Gómez, habitante de la zona.
DC