Joropo, identidad musical de Venezuela

Una de las músicas más arraigadas entre los venezolanos es el joropo, que se convirtió en la expresión cultural por excelencia de las regiones llaneras.

Mientras algunos estudiosos afirman que el término “joropo” proviene del árabe, otros aseguran que deriva del vocablo indígena “soropo”, con el que se hacía referencia a los caseríos antiguos donde se celebraban las famosas parrandas llaneras.

En cuanto a los orígenes de la expresión cultural como tal, expertos señalan que el joropo debe considerarse como el hijo del fandango español, dado que ambos tienen influencia de los acompañamientos y giros españoles de la música medieval y renacentista de procedencia mora que vinieron junto con la colonización.

Aunque no se conoce la fecha exacta del surgimiento del joropo, es posible que se remonte a los tiempos de la Conquista, cuando se establecieron en América los jesuitas, quienes trasmitieron sus creencias, cultura y costumbres a los pobladores nativos.

En Venezuela existen variedades de joropo, pero todas tienen en común la rítmica en tres tiempos o seis por ocho, además de la manera de bailarlo.

Variedades del joropo

Llanero: se toca con bandola o arpa llanera, cuatro y maracas. Está enraizado en Apure, Barinas, Cojedes, Guárico, Portuguesa y una parte de Anzoátegui y Monagas. Es el tipo más extendido y se divide en pasaje y golpe.

Central o tuyero: Su entonación se lleva a cabo con un arpa con cuerdas metálicas y de nailon, maracas y buche, propio de Aragua y Miranda, el oriente de Carabobo y la zona norte de Guárico.

Oriental: se toca la bandolina y la bandola oriental, que tiene ocho cuerdas de nailon; además de violín, armónica y un acordeón pequeño que lleva por nombre cuereta, propio de Sucre, Nueva Esparta y el norte de Anzoátegui y Monagas.

Guayanés: es ejecutado con bandola guayanesa, de ocho cuerdas de metal, cuatro y maracas. Es propio de Ciudad Bolívar.

Larense o tocuyano: se interpreta por diversidad de cordófonos, tambora y maracas.

El joropo hoy día tiene nuevos componentes, que se hacen necesarios para que el género perdure. Se le han agregado matices y armonías para actualizarlo más y llevarlo a lo urbano. Incluso se han hecho piezas para guitarra solista.

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