En dos hechos diferentes, dos venezolanos que se fueron al vecino país en busca de una mejor vida, encontraron la muerte terminando de forma trágica con sus sueños de un mejor vivir.
El pasado martes en la noche, Jesús Javier Calderón León, de 19 años de edad, fue ultimado a cuchilladas en medio de una riña en la calle 14 del barrio Belisario Betancur.
El agresor, quien iba vestido con una franela blanca y un short negro, se movilizaba en una bicicleta, le pisó los pies a la víctima y eso originó una riña. Cuando el venezolano le reclamó al ciclista, este sacó un cuchillo e hirió a Calderón en el pecho, dejándolo gravemente lesionado y huyó del lugar.
Aunque los familiares y amigos de Jesús Javier lo trasladaron al policlínico de la ciudadela Juan Atalaya, llegó sin vida al centro asistencial.
El asesinato más reciente de un venezolano fue en el Norte de Santander este viernes en la madrugada. El tachirense de nombre Hidelman Guillermo Ramírez Castellanos, de 51 años, salió de su casa a trabajar en la manzana 13, lote 20, del barrio Manuela Beltrán.
A Ramírez lo conocían sus vecinos como «el Tintero», en razón de que de manera ambulante vendía café o “tinto”, como le llaman en el vecino país.
El carrito en el que el venezolano llevaba los termos de café para vender en la Central de Abastos (Cenabastos), quedó a pocos metros del cadáver, luego de ser atacado de nueve puñaladas.
La víctima había sido amenazada recientemente, pues tenía problemas con algunos consumidores de drogas que se le acercaban todas las madrugadas a pedirle que les regalara un tinto y él se negaba.
DC/EN