La Asamblea General de la ONU pidió este miércoles una vez más el fin del embargo estadounidense contra Cuba, aprobando una resolución apoyada por 191 Estados miembros y con los únicos votos en contra de Estados Unidos e Israel.
El Gobierno de Donald Trump -y con él sus socios israelíes- optó por votar en contra como parte del «nuevo enfoque» de su política hacia la isla.
Trump, que apoya la continuidad del embargo, quiere «un mayor énfasis al impulso de los derechos humanos y la democracia» y ha condicionado a cambios en esas áreas el fin de las sanciones.
La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, defendió durante su discurso esa postura y se refirió a la votación de la Asamblea General como un «teatro político» impulsado por Cuba.
Haley, además, restó importancia al hecho de que la resolución cuente con el apoyo de prácticamente todos los miembros de la ONU.
«Mientras el pueblo cubano siga privado de sus derechos humanos y libertades fundamentales, mientras los beneficios del comercio con Cuba apoyen al régimen dictatorial responsable de negar esos derechos, EE.UU. no tendrá miedo al aislamiento», aseguró.
DC | GV/EFE