Se dio a conocer que el Congreso norteamericano recibió en días pasados la denominada “Tax Cuts and Jobs Act” para estudiarla, modificarla y aprobarla o rechazarla. Esta es la propuesta de la reforma fiscal que anunció Trump durante gran parte de su campaña electoral. Contiene diversas reducciones en las tasas de impuestos, tanto para las empresas como para las personas físicas y cambios en deducciones y esquemas de su pago.
Como en este momento todavía tiene que pasar por ambas cámaras legislativas, seguramente sufrirá diversas e importantes modificaciones. Sin embargo, es muy probable que se apruebe en las siguientes semanas, ya que ésta ha sido una petición generalizada en aquel país durante varios años.
Uno de los principales temas que será más discutido y objetado, sobre todo por los legisladores republicanos, es el referente al incremento en el déficit fiscal y la mayor deuda pública que esta reforma puede provocar.
Es relevante enfatizar que esta iniciativa no sólo se refiere a menores impuestos, sino contiene cambios en distintos aspectos que, en ocasiones, impactan en un mayor pago de impuestos, como es la eliminación de diversas exenciones y deducciones personales y para las empresas, así como el pago, por única vez, del nuevo impuesto para la repatriación de utilidades.
No obstante, al tomar en cuenta todas las modificaciones se estima que los ingresos del gobierno se reducirán en 1.4 billones de dólares en los siguientes 10 años, lo que será motivo de una confrontación en el congreso.
Los más bajos impuestos que las empresas pagarán bajo el nuevo esquema deben ser ajustados por la eliminación de las diferentes exenciones que la misma ley contendrá. Sin embargo es indudable que habrá una reducción neta en los impuestos que las empresas pagarán, lo cual será una fuerte competencia para el sistema impositivo en nuestro país.
Para poder evitar una caída en la inversión en México el gobierno, junto con el Congreso, deberán diseñar una verdadera reforma fiscal que no sólo consista en aumentar los impuestos a los mismos causantes, sino incrementar la base y reducir la economía informal. La reforma fiscal que se pretende en Estados Unidos puede tener un impacto en nuestra nación mayor al de los cambios en el TLCAN, por lo que es conveniente prestarle nuestra atención para identificar cómo puede afectar a nuestros empleos, a nuestras empresas y en general a nuestro entorno económico.
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