La convergencia entre telefónicas y productores de contenidos para distribuir información y entretenimiento en Internet acaba de ser torpedeada por el Gobierno de Donald Trump sobre la base de la defensa de la competencia, aunque, según los críticos del presidente, de lo que se trata es de una venganza política.
Sea por el motivo que sea, el Departamento de Justicia va a llevar a los tribunales la adquisición de la empresa de medios de comunicación Time Warner por la segunda mayor telefónica de EEUU, AT&T. La compra, por 85.000 millones de dólares (72.000 millones de euros), fue anunciada hace 13 meses.
La decisión tomada por el Departamento de Justicia es sorprendente por varias razones. La más obvia es que AT/T y Time Warner no operan en el mismo sector. La primera es una telefónica, y la segunda una productora de contenidos de televisión que incluye desde el canal de series HBO al de noticias CNN. Así que no hay reducción del número de empresas que operan en cada industria.
El siguiente factor es que el Partido Republicano, al que pertenece Trump, ha defendido tradicionalmente dar luz verde a las fusiones e ignorar la concentración empresarial.
La solicitud se basó en que, en un mercado competitivo, es muy difícil que una empresa alcance una posición de dominio tal que reduzca la competencia, y en que las grandes empresas, por sus economías de escala, pueden innovar más que las pequeñas.
El hecho de que actualmente la Casa Blanca ahora diga lo contrario es, cuando menos, llamativo. Así que no es de extrañar que el consejero delegado de AT&T, Randall Stephenson, haya dicho que todo el caso “roza el ridículo”.
Adicionalmente, la decisión del Departamento de Justicia afecta a muchas más empresas. El caso más obvio es el de Verizon, la mayor telefónica de Estados Unidos, que está siguiendo una estrategia similar a la de AT&T, tras la compra de, entre otros, el Huffington Post, y la empresa de internet Yahoo. Verizon está negociando con la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, según sus siglas en inglés) expandir la distribución de sus partidos a través de su red.
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