Desde la victoria que obtuvimos el pasado 6 de diciembre de 2015, donde los factores democráticos interesados en restituir la democracia, alcanzamos una mayoría calificada de la Asamblea Nacional, he venido sosteniendo con la particular vehemencia con la cual defiendo las posiciones que asumo ante la vida, que mientras el régimen cuenta con todos los recursos y la logística provenientes del estado, los cuales usan de manera despiadada y desproporcionada para sus oscuros fines, nosotros con el único capital que contábamos era con el apoyo y la adhesión de los ciudadanos, que en su gran mayoría coinciden con nosotros, en la necesidad de producir un cambio político radical, que devuelva la constitucionalidad, el estado de derecho y la institucionalidad en Venezuela para poner freno a los dislates oficialistas y al fracasado modelo instaurado por el chavismo, que en 18 años ha venido sembrando de miseria y calamidades a los venezolanos y aislando de manera sistemática al país más rico de américa latina.
Hoy tenemos que decir con tristeza, Que transcurrido casi dos años de aquel triunfo electoral, esa confianza que el 80% de nuestros compatriotas tenían en nosotros se ha ido esfumando de manera creciente, porque tenemos que reconocer que la conducción política ha incurrido en un conjunto de errores, incoherencias y omisiones tanto de tipo operativo como estratégico, que han venido devaluando de manera sistemática la estructura y el perfil del liderazgo opositor representado en la MUD, cuando pasamos de Ramón Guillermo Aveledo a Chuo Torrealba, para terminar con el nombramiento sin vocería del respetado amigo Cartaya como secretario ejecutivo de la instancia opositora y para complementar los desatinos, la representación parlamentaria que elegimos el pasado 6 de diciembre de 2015 siete millones de compatriotas, no estuvieron a la altura del mandato popular, al dejarse acorralar y disolver de hecho y derecho, por unos burócratas inconstitucionalmente nombrados como magistrados del tribunal supremo de justicia.
Frente a esta dramática y oscura realidad, es imprescindible que la alta dirigencia política y social del país, reflexionemos y actuemos con sentido de responsabilidad y patriotismo y en ese sentido me atrevo a proponer, con la celeridad del caso y por la urgencia de la crisis política, económica, institucional y social, que procedamos a conformar una nueva PLATAFORMA DE LUCHA por la libertad y la democracia de nuestra Venezuela, donde la premisa fundamental sea la inclusión y la participación de todos los sectores de la vida nacional y sobre esa base, procedamos a elegir en una consulta nacional abierta al nuevo conductor de la política opositora venezolana, para que esa figura que resulte favorecida para liderar a la sociedad democrática, se encargue de articular y conformar un gran movimiento nacional que incluya en la dirección a voceros de jerarquía y capacidad en las áreas de economía, salud, educación, seguridad, infraestructura, producción agroalimentaria, vivienda, juventud, deportes, cultura, programas sociales, política internacional, sector militar, etc. etc. Que será el elenco de primera línea que diseñará todas las políticas públicas dirigidas a plantear soluciones a los dramáticos problemas que padecemos y con sus acciones, no tengo dudas, que despertará nuevamente el entusiasmo y las esperanzas de un pueblo, que está secuestrado por la delincuencia que en mala hora dirige los destinos de la nación hace 18 años.
“Quienes defienden el derecho a la vida de asesinos, avalan la pena de muerte de ciudadanos inocentes” PSB.
DC / Lic. Pedro Segundo Blanco / Ex parlamentario del estado Sucre / petersecond1@hotmail.com / @pedrosegundoABP