Quien no conoce a algún niño que cuando su hermano, primo o amigo toca uno de sus juguetes se molesta, u otro que, cuando juega algún deporte o juego competitivo, llora muchísimo si pierde y no juega más. También otros que todos sus logros los comparan con los fracasos de sus amigos u otros niños cercanos. Que dicen: «Yo saqué A y tú no», «Yo tengo un Nintendo y tú no», «Yo corro más duro que todos», «Santa me trae más regalos que a tí»… Un verdadero dolor de cabeza que generalmente los padres no saben cómo tratar y controlar.
Te dejamos al opinión de una experta que te orientará sobre cómo debe tratarse a este tipo de niños para que su conducta no termine siendo lo que los convierta en el pequeño menos apreciado del grupo.
Elimar Márquez, psicopedagoga, explica que los niños competitivos se exigen mucho a sí mismos. Está conducta la reflejan diariamente en las aulas de clases cuando no tienen la más alta calificación, y la expresan con frustración.
Se niegan a realizar o repetir alguna actividad donde no se sienten hábiles y capaz. El miedo a perder y a no lograr la meta les baja la autoestima y desisten en intentarlo de nuevo.
Es importante que los padres y maestros sepan atender con situaciones de competitividad excesiva y frustración de los niños en las aulas de clases y el hogar. Así como tener conocimiento del origen de la conducta.
¿Sabes qué origina una conducta competitiva en los pequeños?
Hay dos raíces: una natural (de personalidad) y una familiar.
Cuando un niño siempre quiere tener una calificación A y no acepta una B o una C, en estos casos, se debe a un problema emocional de aceptación. Su baja autoestima lo lleva a compararse con otros, y necesita demostrar su capacidad de respuesta, de lo contrario no se sentirá aprobado y amado.
A veces, los padres los hacen sentir condicionados cuando los comparan con sus hermanos o, otro pequeño, generando en ellos el sentimiento de desprecio y rechazo.
¿Cómo puede expresar el niño su frustración?
Tienden a:
Gritar.
Insultar.
Lanzar cosas.
Golpear y golpearse.
¿Qué se debe hacer para ayudarlos a superar sus frustraciones?
¿Qué tipo de seguimiento se les debe brindar?
Es sumamente importante seguir los siguientes consejos que señala la experta:
. Un buen modelo: Los padres deben dar el ejemplo desde la casa. Un modelo de conducta positiva o negativa, la adoptará el niño y será una importante influencia en su conducta. Por ello, hay que estar conscientes que no deben comparar a sus hijos con otros ni tampoco compararse ellos mismos con otros.
. Motivación: Siempre se les debe incentivar con freses que suban su autoestima y aceptación. Este refuerzo verbal debe hacerse cuando el niño esté calmado, para que reciba la información.
. Seguimiento: Los docentes y representantes deben estar atentos a las reacciones del niño para que lo ayuden a superar el problema.
¡Aquí les dejamos unos consejos para ayudarlos a calmarse!
La psicopedagoga recomienda a los padres y docentes aplicar estos consejos para lograr que el niño baje sus niveles de molestia, y pueda escuchar las informaciones que le dan:
DC/P