Es necesario reconocer que como sociedad, desde hace años, nos venimos desintegrando poco a poco. Nos hemos ido olvidando de los grandes ideales; hemos ido restándole importancia al matrimonio y la familia; ya casi no reconocemos el valor de la coherencia, ni la riqueza de la amistad; el egoísmo, la indolencia y sobre todo la impunidad nos han llevado a la anomia, y esta última, a una creciente anarquía.
Así como nos creemos que Venezuela es un país riquisimo porque tiene petróleo, sin importar la ausencia de crecimiento económico ni la poca capacidad productiva de sus habitantes, también nos engañamos cada vez que nos decimos <<con patriotero deleite>> que somos un pueblo civilizado y pacífico, «como sí cada hora un ciudadano no fuera asesinado cobardemente por otro venezolano; cosa que nos coloca, año tras año, en el Top 5 de los países más violentos del mundo y esto sin contar con los excesos del régimen totalitario y corrupto que nos gobierna».
El problema es que muchos se han acostumbrado a tolerar y convivir con la innobleza, con la corrupción, y en fin, con lo que más pervierte a una sociedad: *La Mentira*. Entonces llegan a creer que no hay remedio, y que para «sobrevivir y ser exitosos» tienen que «hacerse la vista gorda», o también se envilecen y hasta se vuelven indifertes.
Por otro lado, muchos jóvenes «hipotecan» el futuro moral de la nación con una cierta actitud de adolecencia interminable que, por lo menos, los arrastra a la irresponsabilidad. Con ese comportamiento revelan «un doloroso descontento debido a la falta de confianza y de expectativas frente a estructuras sociales en las cuales ya no se reconocen. (…) parecen no desear llegar a ser adultos y rehúsan crecer y hasta huyen». Pareciera que esos jóvenes no tienen «motivos suficientes para esperar en el mañana, para invertir en el presente mirando al futuro, para mantenerse firmes sintiendo como propias las raíces del pasado».
En ese orden de ideas, me parece que el mejor propósito que podemos tener es, precisamente: Moralizarnos o re-sembrar aquellos valores e ideales, casi olvidados hoy, por los que vale la pena vivir, y que son necesarios para que la Libertad, la Dignidad de la Persona y la Ética sean exigencias rectoras de los intereses colectivos.
Finalmente No pretendo tratar esta materia con tono moralista en sentido peyorativo, ni bajo el signo de una denuncia inquisidora. Más bien deseo que en Venezuela nos atrevamos a hablar y a reflexionar públicamente sobre este tema que considero angustioso y urgente. Es necesario que, para no empeorar nuestros males, aprendamos a llamar a las cosas por su nombre, y que no sigamos dejándonos engañar por este maquiavélico régimen totalitario y por los seudo líderes colaboracionistas de la instinta Mud.
*Despertemos la Conciencia Ciudadana y Popular También,* *demos inicio a moralizar los procesos sociales y políticos en medio la presente crisis y sus circunstancias Venezuela y los venezolanos es Primero* MSN(Junta Patriótica) y la ANCO somos también: » *Soy Venezuela*
DC / Ing. José Contreras / @contrerasj402