Este martes María Gracia Sosa ganó la segunda edición uruguaya de MasterChef, luego de imponerse en la final del reality show de cocina frente a Luciana Dangelo.
Sosa, venezolana y doctora de 29 años, se convirtió así en la sucesora de Nilson Viazzo y en la primera mujer en ostentar el título de mejor cocinero amateur otorgado por el certamen en Uruguay, por el que además recibe un premio en efectivo de $ 200.000, un auto, un curso de especialización gastronómica en el Instituto Crandon, y un viaje de tres días al restaurante español El Celler de Can Roca.
La ganadora llegó a Uruguay con un amigo ante la crisis política, económica y social que atraviesa su país de origen. A lo largo de la temporada reflejó sus orígenes en distintos platos (incluso en los preparados en la final), y llegó a hacer emocionar a Sergio Puglia por homenajear a su país en sus preparaciones.
La triunfadora fue elegida por los tres jurados, Sergio Puglia, Lucía Soria y Laurent Lainé, quienes estuvieron acompañados en el final del programa por Joan Roca, uno de los dos hermanos fundadores del restaurante español y por el primer ganador del certamen, Nilson Viazzo.
Los platos finales de Luciana y María Gracia, las dos finalistas, tenían un solo requisito: debían presentar un menú de tres pasos: entrada, plato principal y postre.
En la entrada, Luciana presentó ajo blanco con uvas, mientras que María Gracia prefirió sorprender al jurado con un tataki de lomo. Para el plato principal, Luciana preparó fagotini de seso y espinaca, que fue especialmente elogiado por Sergio Puglia. María Gracia, por su parte, presentó chivo al coco, un plato difícil que fue, según el jurado, correcto.
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El postre de Luciana se basó en una deconstrucción de cannoli, un plato calificado como arriesgado, pero “estupendamente bien hecho”, según Puglia. “En este postre está Nápoles, esta Uruguay y está la excelencia”, agregó el cocinero uruguayo.
DC/Agencias