La tendencia al aumento de precios y la ausencia de una política económica para frenar la inflación acelerada, ya convertida en hiperinflación para algunos economistas, augura un 2018 cargado de más crisis, sin dólares, en puerta a un default y retroceso de la producción petrolera.
Las estimaciones asoman un año rudo para las familias. Con la variación de precios tocando cúspides en el sector de alimentos y una demanda de productos apenas contenida solo por la ausencia de divisas para importar materias primas.
Asdrúbal Oliveros, director de Econoanalítica, advierte que “hasta que no se solucione el problema político que tiene Venezuela no se va a poder resolver la hiperinflación. El año próximo, la deuda externa del Gobierno, dependiendo de lo que pase con la deuda, fluctúa entre 11 y cuatro millardos de dólares”.
Las perspectivas económicas no son alentadoras. Según Venancham, de acuerdo a encuestas a empresas, la proyección de inflación tocará tres mil 500 por ciento. Con salario mínimo nacional sobre el millón 74 mil 872 bolívares, cestatique de alimentación al 365 por ciento y un dólar cotizado sobre 624 mil bolívares.
Venezuela carece de augurios positivos. El Fondo Monetario Internacional asoma una inflación más conservadora. Cercana a dos mil 349,3 por ciento. Recalca que “la intensificación de la crisis política pesa mucho sobre la actividad económica, que se espera se contraiga más de 10 por ciento en 2017” con incertidumbre en la producción petrolera.
En medio de este escenario, la Asamblea Nacional Constituyente aprobó ya el prepuesto de la nación para 2018. Cuáles son los indicadores, aún se desconocen. Sí se destacó que el monto tiene 10 mil millones de dólares más que 2017. La estimación fiscal se sitúa en 36 billones de bolívares con el INPC, PIB, precios del barril del petróleo e inflación en misterio.
Para Johnny Zafra, economista, la caída del producto interno bruto “será menos grave que en años anteriores”. Aunque la paralización económica persiste con el acompañamiento de costos de producción de petrolera hundidos en desestabilización. Y una inflación entre mil 500 y dos mil por ciento.
La estimación alejada a la analizada por la firma Torino Capital ubica una variación de precios acumulados para el próximo año en cinco mil 325 por ciento.
Se viene “gasolina para la hoguera de la hiperinflación”, advierte Jose Guerra, exdirector del BCV y diputado de la Asamblea Nacional. Explica que en noviembre el banco central emitió más dinero. “Aumentó 148 por ciento respecto al mes anterior y mil 232 por ciento con relación a noviembre de 2016. Así no hay precio del dólar estable” culpa la BCV de reventar la economía” ya víctima de ineficiencia oficial.
LV