Este viernes 20 de diciembre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha ofrecido un diálogo “dentro de la ley, constructivo, abierto y realista” al Govern que se constituya en Cataluña como resultado de las elecciones celebradas este jueves. Pese a que los partidos que se autodenominan como constitucionalistas no han logrado tener opciones de gobernar, el líder del PP ha defendido la activación del artículo 155 de la Constitución y su decisión de convocar los comicios “rápidamente para restaurar la legalidad”.
Además, Rajoy ha rechazado la oferta del expresidente Carles Puidemont para que ambos se reúnan en el extranjero; ha recordado que hablará con quien sea el nuevo presidente de la Generalitat (para serlo, Puigdemont tendría que volver a España, donde hay una orden de detención contra él); y se ha remitido a Inés Arrimadas, la líder de Ciudadanos y ganadora de las elecciones.
“Haré un esfuerzo por mantener un diálogo con el gobierno que salga de estas elecciones, pero también haré un esfuerzo para que la ley se cumpla”, ha prometido el presidente del Gobierno tras el Consejo de Ministros. “Espero que el nuevo gobierno abandone la unilateralidad y que no se sitúe fuera de la ley”, ha añadido. “No aceptaré que nadie se salte la Constitución, ni la ley, ni el estatuto de Cataluña”, ha recalcado. Y, tras recordar que los partidos independentistas han bajado en escaños y votos con respecto a 2015, ha subrayado: “La fractura en la sociedad catalana es muy grande. Llevará su tiempo recomponerla y esa debe ser la primera obligación de todos los partidos políticos. La necesaria reconciliación debe venir desde el respeto a la ley y a todos, las minorías y las mayorías”.
Las elecciones tuvieron un triple impacto negativo para Rajoy. El PP, que sostiene su Gobierno, se hundió hasta los tres escaños, el peor resultado de su historia. La suma de Ciudadanos, PSC y PP alcanzó el 43,49% de los votos y los 57 escaños, pero fue insuficiente para formar Gobierno. Y todo eso sirvió para rodear de dudas la decisión del Ejecutivo de convocar elecciones en Cataluña inmediatamente después de aplicar el artículo 155 de la Constitución.
Rajoy esperará ahora acontecimientos. Si el nuevo Govern respeta la ley, argumentará que su labor ha servido para restaurar la normalidad institucional en Cataluña. Si por el contrario la nueva Generalitat vuelve a apostar por la independencia, el presidente volverá a activar el artículo 155 de la Constitución. La intervención, en todo caso, se mantendrá hasta que haya un nuevo president catalán, tal y como aprobó el Senado el pasado 27 de octubre.
DC/EP