Una chica llevaba un día desaparecida desde que salió a pasear a sus perros, su padre preocupado tomó la decisión de salir y buscarla en el lugar que ella frecuentaba.
Se conoció que el hombre se adentró en un bosque cerca a su casa. Buscó, gritó su nombre. Nada, ni un rastro. Siguió caminando y se encontró con los perros que custodiaban lo que, en un primer vistazo, parecía el cadáver de un animal. Pero no.
«Con mucho horror descubrió que no lo era», dijo Jim Agnew, sheriff del condado de Goochland, en el estado de Virginia (EEUU).
Bethany Lynn Stephens, una mujer de 22 años, que medía 1.55 metros y pesaba unos 45 kilos, había sido devorada por sus dos mascotas, unos portentosos perros mezcla de pitbull con otras razas que aún no han sido determinadas.
«Los perros claramente, por lo menos de lo que hemos estimado en una noche oscura, tuvieron que ver con esto. Fue espeluznante lo que hicieron. En mis 40 años de servicio jamás he visto algo parecido. Espero que no tenga que volver a ver algo así».
«Duramos un montón de tiempo en la escena e hicimos algunas observaciones, pero por respeto a la familia no las divulgaremos».
DC/G