Una caja de madera pintada de color blanco sobresale del interior de una bolsa negra de basura, se trata de una urna de fabricación casera.
La caja está a un lado de la entrada de la Morgue de Bello Monte esperando mientras su dueña, culmina los trámites legales que le permitirán retirar el cuerpo de su hijo, un bebé de un año que será sepultado en el rudimentario ataúd artesanal, debido a que sus padres no cuentan con los recursos para pagar por un féretro de los que venden en las funerarias.
La mujer, quien es mamá de cuatro niños de 8, 6, 1 año y dos meses de edad, pidió no ser identificada, sin embargo dijo que es vecina de la Cota 905.
Relata que, a Bleizer, su hijo, le dio gripe a finales del año pasado, «el frío de diciembre acompañado con la quema de basura hicieron estragos en mi niño. Él tenía tos y fiebre pero se complicó mucho cuando a inicios de año comenzaron a quemar basura».
El miércoles 3 de enero salió con el pequeño de un año de edad a un CDI cercano debido a que tenía dificultad para respirar y mucha tos. En el centro de salud, lo remitieron al hospital Miguel Pérez Carreño, ya que no podían atenderlo y debido a la gravedad que presentaba, ameritaba atención de emergencia.
Lamentablemente el niño murió cuando era trasladado al hospital. Sufrió un paro respiratorio. «Cuando llegamos al hospital no pudieron hacer nada por él», murió de neumonía basal izquierda según el informe del médico forense.
Fue en ese mismo centro asistencial donde conoció al señor que fabricó la urna. El carpintero, también había sufrido la pérdida de un hijo, y tenía el mismo problema que ella, no podía pagar por un sarcófago, por lo que terminó haciendo dos ataúdes.
El hombre, recibió un pequeño cajón de madera que ella tenía guardado en su casa. Le colocó una tapa, lijó, selló y pintó el exterior de blanco. Acolchó y forró el interior de la caja con telas blancas. La cama en la que el pequeño Bleizer, de un año de edad, tendrá su reposo final estaba lista.
Precios de terror
Alejandro Bastidas, representantes de una funeraria al ser consultado sobre los precios dijo que varían de acuerdo a la calidad.
«A precios del 2017, los más baratos cuestan entre ocho y nueve millones de bolívares, son de MDF. Las llamadas urnas Latuoche son de metal y cuestan entre 12 y 14 millones de bolívares. Los sarcófagos C4 le siguen por 16 millones, hay variedad de precios pueden llegar hasta 30 millones de bolívares,» indicó el trabajador funerario.
DC | El Universal