Conozca cordillera sumergida de Brasil
“Un bosque tropical en el fondo del mar”. Así es como el especialista y biólogo João Luiz Gasparini describe la cordillera sumergida en la costa del estado de Espíritu Santo, en el sureste de Brasil, que pronto conseguirá convertirse en una de las mayores reservas marinas del mundo.
Dueña de la mayor multiplicidad de especies que viven en arrecifes de todas las islas cariocas, la cadena se encuentra integrada por unos treinta montes submarinos de origen volcánico que se ensanchan entre la metrópoli de Victoria y la Isla de Trinidad, situada a más de mil kilómetros del continente.
En una entrevista con BBC Brasil, el líder y secretario de Biodiversidad del Ministerio del Medio Ambiente de Brasil, José Pedro de Oliveira Costa, manifestó que en los venideros cuarenta y cinco días deberá entregar al presidente Michel Temer un precepto legislativo para la conformación de una unidad de conservación de la cordillera y de otra reserva en el archipiélago San Pedro y San Pablo, más al norte.
Según Costa, la reserva en la cadena Victoria-Trinidad tendría cerca de 450 mil kilómetros cuadrados, área equivalente al tamaño de Suecia.
La investigación en el que sustentó la propuesta dice que sería la mayor zona marina protegida del Atlántico.
Cabe destacar que el pasado día miércoles, el gobierno federal llamó consultas públicas para discutir la creación de las unidades de conservación.
Piden convertirla en área protegida
La protección de la cordillera es una demanda antigua de los investigadores, que consideran a la cadena primordial para la conservación de reservas pesqueras en aguas cercanas y como uno de los mejores laboratorios naturales del mundo.
La cadena ganó visibilidad global en el pasado mes de agosto del año 2017, cuando un estudio vinculado a la formación de su fauna fue portada de la prestigiosa revista científica Nature.
Cáscara de huevo en la cordillera
João Luiz Gasparini, coautor del artículo, describió su asombro en su primera visita a Trinidad, en el año 1995.
El coautor expresó que al desembarcar en la isla, halló en un charco una especie que jamás había sido consolidad por la ciencia: un pez de tipo azulado con una mancha amarilla en la parte superior.
“Inmediatamente me di cuenta de que existía allí un universo fantástico para ser explotado”, señala.
El animal (dado a conocer como Stegastes trindadensis) es parte del grupo de las trece especies de peces de arrecife endémicos de la cordillera registrados hasta ahora.
Del mismo modo, añadiéndolas a las que igualmente habitan en otras regiones, la lista alcanza cerca de trescientas especies de peces de arrecife, una de las tasas de diversidad más altas entre todas las islas del Atlántico.
