El Obispo de Roma empezó su homilía, en la Santa Misa, en la Basílica de San Pedro, dirigiéndose a sus invitados especiales.
Como informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede, estaban representados 49 países, de procedencia de los migrantes y refugiados, que acudieron con sus banderas respectivas, sus trajes, cantos y música tradicionales:
«Este año he querido celebrar la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado con una Misa a la que estáis invitados especialmente vosotros, migrantes, refugiados y solicitantes de asilo. Algunos acabáis de llegar a Italia, otros lleváis muchos años viviendo y trabajando aquí, y otros constituís las llamadas segundas generaciones”, dijo.
Con las palabras de Jesús: «Venid y veréis» (Jn 1, 39) que abren a «un encuentro personal», que encierra un «tiempo adecuado para acoger, conocer y reconocer al otro», el Papa recordó su mensaje:
«En el mensaje para la Jornada de hoy escribí: «Cada forastero que llama a nuestra puerta es una ocasión de encuentro con Jesucristo, que se identifica con el extranjero acogido o rechazado en cualquier época de la historia (cf. Mt 25,35.43)».
Y para el forastero, el migrante, el refugiado, el prófugo y el solicitante de asilo, todas las puertas de la nueva tierra son también una oportunidad de encuentro con Jesús. Su invitación «Venid y veréis» se dirige hoy a todos nosotros, a las comunidades locales y a quienes acaban de llegar.
G.