(El embargo de la verdad)
La perfección y el tenerlo todo son metas inalcanzables. Es una mera ilusión. Nos están poniendo un vendaje, sobre los ojos que nos impide ver más allá de la realidad, haciéndonos creer que todos somos iguales. Proclamar la igualdad, en las personas es un gran error en la sociedad. No todos somos iguales, aunque nuestras diferencias no nos hacen merecer tratos diferenciados jerárquicamente.
Lo importante es saber convertir esas diferencias en virtudes, aprender a no ver límites sino rutas alternativas. En Venezuela, hemos y estamos experimentando, que la crisis, a la que nos han sometido de manera deliberada este régimen, como sectores de la oposición, juega un papel importante, e incluso determinante, en las perspectivas para producir los cambios que la sociedad aspira.
Lo peor, es el miedo de todos, ante la incertidumbre que les provoca la situación y el estilo de vida, al que nos hemos, visto obligados a someternos por capricho del Régimen. Es el temor impulsado, por falta de conocimiento y avances, por no saber qué puede pasar y cómo actuar en determinadas situaciones.
Es importante, que se logre que la sociedad tenga conocimiento, de las maniobras, obtenga sentido orientativo, para que no se vean solos en su lucha para que se produzcan los cambios.
Ellos no buscan nuestros suspiros, nuestras miradas de lástima. No buscan que les protejamos apartándolos del mundo en el que viven. Buscan alcanzar una realidad que hasta el momento desconocen. Buscan ser integrados en una sociedad que se adapte a sus necesidades. Y, sobre todo, buscan una educación constructiva que reconozca las diferencias para poder sentirse iguales.
Por mucho que el embargo de la verdad, intente desmantelar el despertar de la razón de un País y de una sociedad, la realidad surge de forma incontestable por la fuerza de su propia verdad. Ha quedado claro. El silencio y la censura, de los hechos ocurridos en el País, hemos aprendido a evaluar cuales han sido los resultados del dialogo.
Hemos obtenido el permiso y el abrazo, de Europa y de algunos países del hemisferio, no dejemos que nos silencien. En nuestras manos se libra la batalla del cambio. Los del Régimen y otros sectores lo saben y se apresurarán a intentar silenciarnos. Los colores de pertenencia, las identificaciones con los ideales y las preferencias personales son todas respetables e importantes para la sociedad, pero aún más lo son cuando todos ellos se funden en un común denominador.
DC / Dr. Johnny Galue / Abogado, Político / @COOTUR