Para explicar situaciones muy complejas o planificar sobre ellas los humanos usamos aproximaciones sencillas que llamamos “modelos”. Los modelos usualmente se concentran en lo principal siendo injusto con las excepciones, pero aún así son muy útiles para analizar las cosas y tomar decisiones.
Proponemos en estas líneas un “modelo” para explicar los últimos 15 años de PDVSA y lo primero que deberemos aceptar como modelo simplificado es que lo que llamamos PDVSA son solo peroles y gente.
Los peroles son estructuras metálicas, bombas, compresores, tuberías, válvulas, medidores, cables, tanques, lanchas, barcos, torres y un inmenso etc. Casi en su totalidad están allí porque fueron construidos durante la IV República, es decir, mucho antes de este régimen.
La “gente” es la que hace que esos peroles operen y cumplan su función, de manera que si las cosas empiezan a ir mal no es por culpa de unos peroles sin vida propia, sino que es culpa de los que le dan vida que es la organización humana que los maneja.
Como cualquier organización de su ramo, PDVSA antes del 2002 disponía tres niveles de competencia a los que les pondremos colores.
Una capa de color blanco formada por los directivos, gerentes y supervisores altos y medios y profesionales muy especializados de diversos tipos. Luego, una capa subordinada a la anterior que la indicaremos con el color gris, formada por supervisores y capataces con conocimientos técnicos y mucha experiencia y, por último, una capa subordinada a la gris que la indicaremos con el color negro formada por trabajadores de todo tipo con competenciaen oficios.
Cuando Chávez ordenó despedir a más de 20.000 trabajadores de PDVSA le quitó, de cuajo, la franja blanca a la organización.
Para seguir operando en esas circunstancias, se colocaron en las posiciones blancas vacías a los mejores “grises” y a estos, a su vez, los reemplazaron con los mejores “negros”.
Como era de suponer, con una organización debilitada, poco a poco la producción de petróleo fue mermando y el procesamiento de las refinerías también. Luego de algunos años, las autoridades de PDVSA,aterradas por la de pérdida de producción, para arreglar el problema y además castigar a los responsables, sacaron a los pocos “grises” quetenían y los reemplazaron con más “negros”.Paralelamente, muchas de las vacantes blancas, grises y negras también se habían venido cubriendo con nuevos empleos de amigotes leales y novatos.
La PDVSA de hoy es solo de color negro incluyendo al mismo presidente que de petróleo sabe lo que yo del I Ching.
Claro que este modelo parece racista y es injusto con las excepciones y ofrezco mis disculpas a los que se sientan maltratados, solo valga en mi descargo, que mi muy querido padre fue también un trabajador jubilado en 1989 de Lagoven y pertenecía al estrato que aquí llamonegro.
No hay duda que la razón principal del mal estado actual de PDVSA es haber eliminado y no reemplazado a su estrato blanco y tratar de operar “con lo que quedó”. Para que el militar Quevedomejor lo entienda, en la difícil batalla diaria de producir y refinar petróleo, botaron a los generales y a los coroneles y la guerra, hoy perdida, la están manejando los antiguos sargentos.
Si seguimos el modelo, lo que hay que haceres muy sencillo, hay que reponer la capa blanca a la organización. Eso solo será posible luego del cambio de este tarúpido (sic) régimen y no será fácil pues muchos de los blancos botados ya tienen bastante edad o alguna otra chamba y posiblemente habrá queincluir nuevagente talentosa y con experiencia, aunque vengande otros lugares.
Pero ese es el camino.
DC / Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es