Los brotes verdes que veía Zidane en la rueda de prensa del viernes producto de las goleadas al Deportivo y al Valencia se congelaron ante el Levante como la ola de frío que se abatió sobre España el fin de semana. El nuevo ridículo del Madrid cortó de raíz la tímida recuperación anímica, dejó en evidencia las palabras de Zidane cuando habló de que “la Liga no está sentenciada” y sumió al club en el pesimismo cuando ya sólo quedan diez días para afrontar la eliminatoria ante el PSG.
El empate trajo otros efectos colaterales negativos consecuencia de la torpeza de Zidane al efectuar los cambios. El francés decidió la sustitución de la estrella a nueve minutos del final, con 1-1 en el marcador y el equipo volcado a por la victoria. Instantes después, Isco marcó el efímero 1-2, pero eso no varió ni la decisión del cambio ni el malhumor de Cristiano, que se fue al banquillo incrédulo, dedicándole una sonrisa irónica a su entrenador, gesto que se trocó directamente en fastidio cuando el Levante anotó el empate a un minuto del final. Antes, Cristiano tuvo tiempo de encararse con un cámara que le estaba filmando: “No me grabes a mí, enfoca al partido”, le espetó displicente mientras movía un dedo a los labios como pidiendo silencio.
El desplante de Cristiano a Zidane empieza a ser la norma de un jugador del Madrid cuando es cambiado y pintan bastos. En pocas semanas otros dos jugadores han tenido gestos feos hacia su entrenador al ser sustituidos: Isco no quiso saludar a Borja Mayoral ni mirar a Zidane al ser relevado en el partido copero ante el Leganés y Benzema montó un espectáculo en el banquillo de Mestalla hace justo una semana.
Zidane justificó la decisión de cambiar a Cristiano una vez acabado el partido del Ciutat de València: “El cambio estaba previsto. Quería meter a un jugador más en el medio y meter fuerza en el centro del campo para defender con Asensio y Benzema. Había que hacer cambios y cambié”, afirmó. Resulta una explicación curiosa porque Zidane nunca razona sus decisiones técnicas; en realidad, en sus comparecencias antes y después de los partidos no suele hablar en términos futbolísticos y se limita a buscar la complicidad del que le pregunta.
El 9 diciembre en el Bernabéu, la última vez que pisó el banquillo
Cristiano, que no se distingue por su modestia, no está precisamente acostumbrado a ser cambiado, y menos en situaciones extremas. La anterior vez que fue sustituido ocurrió el 9 diciembre en el Bernabeu, cuando el Madrid barría al Sevilla (5-0). Desde que el portugués llegó al Madrid, hace nueve temporadas, ha sido cambiado 36 veces, en el 9,5 % de los 401 encuentros disputados de titular, casi siempre con el partido sentenciado o por lesión.
El feo de Zidane a Cristiano llega en la semana en la que el club había filtrado que estaba dispuesto a plegarse a las peticiones económicas del jugador y le ofrecía una mejora de contrato a partir del próximo verano por la que el portugués, que este mes cumple 33 años, pasaría de ganar 21 a 30 millones por temporada.
Zidane dio ayer descanso a la plantilla, que vuelve a los entrenamientos hoy a las cinco. Mucho hará falta para desterrar el ambiente de negro pesimismo.
DC | La Vanguardia