El fuerte seísmo de magnitud 7,2 que se sintió el viernes en la parte sur del país y la capital de México no provocó ninguna víctima mortal pese a lo virulento del temblor, pero sí lo hizo un accidente de helicóptero ocurrido en la localidad de Jamiltepec (Oaxaca) qué dejó trece víctimas mortales. El helicóptero, que trasladaba a autoridades que inspeccionaban los daños producidos por el terremoto se estrelló contra un grupo de personas que lo estaban esperando, según informó la secretaría de la Defensa Nacional.
En la aeronave viajaban el Secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete, y el Gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, que resultaron ilesos. Navarrete, el número dos del Gobierno, es el tercer máximo responsable de la seguridad mexicana afectado por un accidente áereo.
«En el lugar de los hechos se han levantado los cuerpos de 12 personas fallecidas: cinco mujeres, cuatro hombres, dos niñas y un niño (uno de los niños es un bebé de cuatro meses). Otra persona ha muerto en el Hospital de Jamiltepec donde fue trasladada por las lesiones que sufrió. En total, 13 personas han fallecido. Asimismo, 15 personas lesionadas han sido atendidas», dice el comunicado emitido por la Fiscalía de Oaxaca.
El desplome del helicóptero ocurrió cuando la aeronave se disponía a aterrizar y, a 40 metros de la superficie, perdió la verticalidad y acabó cayendo sobre un grupo de personas y coches que esperaban debajo. Se desconocen las causas por las que el piloto perdió el control del aparato.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, manifestó en su cuenta de Twitter que «el secretario Navarrete Prida, el Gobernador Murat y la tripulación se encuentran bien. Lamentablemente, varias personas en tierra perdieron la vida y otras resultaron heridas. Mis condolencias para sus familiares». Mientras, en Jamiltepec, una humilde población de Oaxaca, se disponían a despedir a las víctimas de este fatal siniestro.
DC / El Mundo