Este viernes 23 de febrero la Organización de los Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución que emplaza al gobierno de Venezuela a cancelar las elecciones presidenciales del 22 de abril y propone otros comicios «justos, libres y con observación internacional».
La resolución se aprobó, pese al rotundo rechazo de Venezuela y Bolivia a que se celebrara la reunión, por 19 votos, 5 en contra, 8 abstenciones y 2 ausencias.
Esta es la primera sesión en la OEA sobre Venezuela desde la asamblea que el organismo celebró en Cancún (México) en junio del año pasado, donde el bloque caribeño salvó a Caracas de una resolución de condena regional.
El viceministro de Venezuela para América del Norte y representante en la ONU, Samuel Moncada, acudió a la OEA para protestar por la convocatoria de esta sesión al considerar que tiene como «único propósito linchar a Venezuela».
«El objetivo es reiniciar una ola de violencia desde este lugar. (…) Y hay tantos problemas en la región, el caso de Honduras (las denuncias de fraude electoral) nunca estuvo aquí, con la gravedad que tuvo», señaló el diplomático.
Moncada dejó claro que su gobierno rechaza tanto la convocatoria de la reunión como los resultados que de ella se desprendan.
Uno de los impulsores de la sesión, el embajador mexicano en la OEA, Jorge Lomonaco, defendió que se trata de una «cuestión apremiante» y de «circunstancias excepcionales», por lo que «la OEA debe actuar ahora, ya que el silencio es complicidad».
Moncada le replicó que «no hubo nada más apremiante» que «cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó a Venezuela con una invasión militar», y la OEA, sin embargo, «mantuvo silencio, complicidad».
Solo Bolivia salió en defensa de Venezuela, mientras que aliados de Caracas como Ecuador y varias naciones caribeñas mantuvieron el silencio.
El embajador boliviano, Diego Pary, además de argumentar que la convocatoria de la sesión no se ajusta al reglamento de la OEA, denunció que «hay otros problemas en el continente de los que el Consejo no se ha dado por enterado», incluso, subrayó, «problemas dentro de la organización».
El Consejo Permanente comenzó a las 10.20 hora local (15.20 GMT) en la sede de la OEA en Washington a solicitud de México, Estados Unidos, Argentina, Brasil, Panamá y Santa Lucía.
En la resolución propuesta, estos países «consideran» que la convocatoria de comicios presidenciales para el 22 de abril «imposibilita la realización de elecciones democráticas, transparentes y creíbles de conformidad con las normas internacionales».
Resuelven, así, «exhortar al gobierno de Venezuela a que reconsidere la convocatoria prematura de elecciones presidenciales y presente un nuevo calendario electoral que haga posible la realización de elecciones con todas las garantías necesarias para un proceso libre, justo, transparente, legítimo y creíble».
Además, piden que las elecciones «incluyan la participación de todos los partidos y actores políticos venezolanos sin proscritos de ninguna clase», «observadores internacionales» y «un Consejo Nacional Electoral (CNE) cuya composición garantice su independencia y autonomía».
Para su aprobación, la resolución necesita el apoyo de 18 países de la OEA, la mayoría simple de los 35 Estados miembros.
Esta es la primera reunión en la OEA sobre Venezuela desde la asamblea que el organismo celebró en Cancún (México) en junio del año pasado, donde el bloque caribeño salvó a Caracas de una resolución de condena regional.
DC/EFE