¿Quién dijo miedo? Por Ing. Golfredo Dávila (@golfredodavila)
Hemos señalado lo impropio de los determinismos, sobre todo en tiempos tan complejos como el actual, ellos son malos tanto para el análisis del pasado, del presente y peor del futuro. En el último caso, tendrían la misma connotación de los vaticinios, pues quienes se presumen adivinos, se auto engañan, pretenden engañar a otros y dañan a incautos e ilusos.
Sin ánimo de caer en el extremo señalado o en especulaciones, se puede inducir que Maduro va directo a una derrota electoral, muy a pesar de las maniobras que realiza el narco régimen para eternizarse en el poder, una de las cuales es haber sembrado tanto pesimismo en nuestras mentes. Inferimos esto por el rechazo estruendoso que tiene, ni con su mayor ventaja, determinada por los 4.500.000 jóvenes que han huido del desastre, buscando oportunidades en otras latitudes, tendría para seguir su plan destructivo.
Hacemos hincapié en el tema electoral, porque derrocar la dictadura a través de otra forma de lucha, luce incierta, claro, pudiéramos estar equivocados, porque los autores de tan feroz ataque contra la participación en las elecciones presidenciales, dan la impresión que cuentan con un gran ejército en la clandestinidad. De ser cierto que existan organizaciones con dichos preparativos, tendríamos que debatir en la dimensión político-militar, lo cual supone confidencialidad y prudencia, por ende, se pondría en riesgo el plan, si se arenga sobre ese asunto o en contra de las elecciones. La otra tesis es la salida insurreccional, cosa que históricamente, nadie ha vaticinado o decretado, ella puede devenir de un estallido social, ocurren al margen de cualquier proceso inducido o de preparativos organizativos, y aunque el pueblo no requiere de armas, si ocurren fracturas en el ejército.
De todos modos, como lo que se tiene a la mano, siendo objetivos, es la salida electoral, hay que acelerar las decisiones en el ámbito político; en primer lugar empeñarnos en arrancarle a la dictadura condiciones electorales, aunque sean mínimas; en segundo lugar una estrategia, contentiva de una candidatura única y unitaria de la oposición, surja esta por la vía del consenso o de las primarias; y en tercer lugar el compromiso de llevar a cabo un programa común de gobierno cuyo sostén sea un Gobierno de Unidad Nacional.
Ello requiere sólo de voluntad política y desprendimiento. Están dadas las condiciones, porque el liderazgo político, cometería un crimen, de seguir decepcionando a la ciudadanía con sus actuaciones y decisiones erráticas. A ellos les decimos que es necesario conectarse con los sectores más humildes y el chavismo desencantado, que urge mayor amplitud y en consecuencia se debe crear un frente político unitario donde participen todos los sectores, dotado de un plan electoral que genere entusiasmo, confianza y esperanza en la población. Que no se quede nadie sin votar, ni una mesa sin testigo. ¿Quién dijo miedo?
DC / Ing. Golfredo Dávila / Secretario General de Vanguardia Popular en el Zulia / @golfredodavila