«Tus mejores amigas, tus hijas y tus madres; somos como tú pero con células más raras».
Así se describen Rachel, Deborah y Lauren, tres jóvenes británicas que tuvieron que lidiar con el cáncer en la treintena y ahora presentan juntas un podcast de la BBC llamado «Tú, yo y la Gran C».
En sus entregas semanales abordan aspectos de esta temida enfermedad desde la experiencia personal, con honestidad y con mucho humor.
Estos son los cinco mitos sobre el cáncer que derribaron en su última charla, contados a través de sus citas.
Mito 1: siempre se te caerá el pelo
Deborah: Cuando me dijeron que tenía cáncer en fase 4 no dije «Dios mío, voy a morir»; dije «voy a perder el pelo».
Rachel: Esa fue mi primera pregunta también.
Deborah: Un gran mito para mi sobre el cáncer es que no siempre pierdes el pelo. Depende de los medicamentos, y yo soy muy afortunada de haber conservado el pelo hasta ahora. Si cambio de medicinas quizás lo pierda. Pero no todo el mundo que tiene cáncer está calvo.
Rachel: Así me pasó a mí también. No es tan inusual. Yo uso algo que se llama un gorro frío que me ha ayudado a conservar el pelo.
Es un gorro que te pones en la cabeza y tiene algo refrigerante que enfría tu cuero cabelludo, así que evita que los medicamentos de la quimioterapia entren en las capas más superficiales de los folículos capilares.
Lauren: Yo también usé el gorro pero aún así perdí bastante pelo. Cuando me lavé el cabello por primera vez (después del tratamiento) literalmente se lo llevó el agua. Ese momento en el que ves cómo tu cuerpo se desmorona… es aterrador.
Pero a pesar de eso, tenía mucho pelo. Al salir de la ducha vi que tenía una zona calva en la parte de arriba de mi cabeza, pero lo demás seguía allí. Lo que pasa con el gorro es que se pega en algunas partes y en otras no. Durante mi tratamiento vi que me quedé bastante calva en la parte de arriba, por el medio. El resto del cabello se volvió más fino.
Mito 2: la gente joven no tiene cáncer
Lauren: A mí me apasiona este tema. Yo sentí desde el día en que me diagnosticaron, a los 31, que no hablamos de esta enfermedad de una manera abierta, normal. Y siendo joven, nunca estuvo en mi radar que debería preocuparme por algún síntoma, porque te sientes invencible. Caminas por la vida como si fueras superman o superwoman, ¿no?
Rachel: Nunca piensas que te va a pasar a ti…
Lauren: Nunca, es algo que le pasa a otra gente, ¿verdad? Pero sí, le pasa a la gente joven. A muchos los diagnostican. Hay como un vacío en el medio: hay muchas organizaciones de apoyo contra el cáncer para los niños y para los adolescentes y después todas las demás…
No es que sean para viejos, pero están orientadas a gente que está en una fase de la vida más avanzada y los desafíos son diferentes para las personas que tienen 20, 30 o 40 años.
Deborah: Y ese es el problema, cuando estás fuera del rango típico de edad, cuando no encajas en el molde de tu cáncer. En mi caso, tengo un cáncer que aparentemente los jóvenes no tienen.
Rachel: Según cifras de la organización británica de investigación Cancer Research UK, el cáncer ya no es solo una enfermedad para los mayores. Dicen que «uno de cada 10 nuevos casos de cáncer diagnosticados en el país son a personas de 25 a 49 años». Y en este grupo de edad, hay el doble de mujeres que hombres.
Mito 3: todos los cánceres son iguales
Lauren: Hay tantos tipos y cada uno tiene sus propios nichos, sus cambios y sus mutaciones.
Rachel: Hay además distintos tratamientos, distintos tipos de quimioterapia y de inmunoterapia.
Deborah: Te acabas convirtiendo en un experto en tu propio campo, ¿verdad?
Lauren: Yo descubrí que la medicación que me van a dar, que me provocará una menopausia temprana, se la dan también a los pacientes de cáncer de próstata. Yo ahora estoy fascinada con la información sobre otros cánceres también.
Ojalá no tuviéramos que hablar de esta enfermedad, pero ahora cuando lo hago, sobre las distintas fases, sobre lo que me pasó a mí, sobre lo que hace cada medicamento, veo que estoy realmente fascinada con la información, es increíble. Tengo mucho respeto por la medicina y por todas las cosas nuevas que están averiguando constantemente.
Mito 4: hay una cura pero se está ocultando deliberadamente
Rachel: Esto es algo que odiamos todas, ese mito de que las grandes compañías farmacéuticas están escondiendo la cura para el cáncer porque no pueden sacarle rendimiento y no sé qué más… Creo que podemos decir que ninguna de nosotras se lo cree.
Lauren: Así es y te digo por qué. Suele ser la gente que no ha tenido cáncer la que expresa ese punto de vista. Cuando estás en una sala y te dicen que tienes cáncer, te tomas lo que sea que te den. Y yo sé desde lo profundo de mi corazón, que me trataron con los mejores medicamentos que me podían dar.
Deborah: Yo creo que los oncólogos son tan apasionados por lo que hacen que si hubiera una cura mágica harían lo imposible para dárnosla. Sí, el dinero forma parte de todo, pero ese es otro tema. Aquí estamos hablando de vidas humanas.
Rachel: La sola idea de pensar que toda esa gente que me trató, que trabaja en el sector cuidando de pacientes como nosotras y que están intentando mantenernos vivas, están, al mismo tiempo, escondiendo una cura y diciendo «No, voy a dejar que esta mamá se muera porque no estamos haciendo dinero» es ridícula.
Deborah: Más que que se esté ocultando deliberadamente una cura lo que pasa es que el elevado costo de las medicinas, y los recortes en la sanidad pública, tienen un impacto real sobre las vidas de la gente. Los tratamientos que recibes en la sanidad pública de Reino Unido son una lotería que depende del código postal de tu casa y del hospital que te toque.
Mito 5: el cáncer es una sentencia de muerte
Lauren: A mi me dijeron que «estoy curada» -lo digo entre comillas-, pero yo creo que recién ahora la gente está empezando a darse cuenta de que el cáncer en fase 4 no es necesariamente terminal. En fase 4 puedes pasarte la vida entera y puedes tener una buena vida.
Rachel: Dejemos claro que son dos cosas diferentes. El cáncer incurable en fase 4 no es lo mismo que el cáncer terminal.
Deborah: En mi situación mi objetivo es alargarlo tanto como pueda… ¡hasta que llegue una cura milagrosa! Seamos honestos, en algún momento los oncólogos, que no dan rodeos, tendrán que tener esa charla seria conmigo. Dirán «hemos hecho todo lo que podemos hacer». Pero yo no quiero que nadie piense «tengo cáncer, automáticamente voy a morir», porque la gente sí salta así de lo uno a lo otro. Aunque yo sí he perdido a gente que fue diagnosticada a la vez que yo y con el mismo tipo de cáncer. Eso sí lo he visto. Pero tenemos esperanza.
DC / BBC