Del motín del cual se puede describir como la peor masacre en la Comadancia de la Policía de Carabobo, con 68 muertos según cifras de el fiscal general, designado por la Constituyente Cubana, Tarek William Saab, pero que aún no se sabe a ciencia cierta, qué sucedió ya que en declaraciones de los mismo presos y familiares son más de cien.
“No son 68. Nosotros contamos 120 los muertos aquí”, indicó un detenido que no se identificó.
Familiares, amigos y conocidos acompañaron en el sepelio de algunos fallecidos durante el motín que se presentó el pasado miércoles 28 de marzo.
Madres e hijos desconsolados lo único que pedían era justicia, “porque sus hijos no debían de morir así”.
Por otra parte, familiares informaron que el gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, les ofreció la ayuda al proporcionarles la urna y la fosa en el Cementerio Municipal de Guacara.
Aún no se conocen los detalles oficiales de cómo se originó el incendio, pero varios familiares dijeron que los presos le relataron, que habría ocurrido una revuelta y policías habrían tratado de controlarla.
El Observatorio Venezolano de Prisiones estima que en los calabozos policiales venezolanos hay 32.600 detenidos, cuando el espacio es para unos 8.500.
La comandancia policial de Valencia, como muchos centros de reclusión en Venezuela, tiene más presos de los que puede recibir, denunciaron organizaciones de derechos humanos.
La muerte de 68 personas en el incendio en los calabozos de la comisaría de Valencia llegó hasta la ONU, organismo que en un comunicado de su oficina de Derechos Humanos se declaró “horrorizada” por el incidente y pidió respeto para las familias de las víctimas.
La Patilla