Miles de civiles huían este sábado en Siria, donde la guerra causa estragos en dos frentes distintos: en Afrin, enclave kurdo en el noroeste del país, y en el último bastión rebelde de Guta Oriental, a las puertas de Damasco.
El régimen sirio de Bashar al Asad, respaldado por su aliado ruso, prosigue sus intensos bombardeos sobre las zonas rebeldes en Guta, donde reconquistó más del 80% del bastión rebelde gracias a una mortífera ofensiva lanzada el 18 de febrero con la que obligó a los civiles a huir.
Este sábado, el régimen se hizo con otras dos localidades rebeldes de Guta: Kfar Batna y Saqba, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
En la misma jornada, al menos 37 civiles, incluidos cuatro niños, fallecieron en ataques aéreos contra las zomas de Guta aún controladas por los rebeldes, de acuerdo con la misma fuente.
Más de 1.400 civiles, entre ellos 274 niños, murieron desde que el régimen lanzó el 18 de febrero una dura ofensiva contra ese feudo rebelde que asedia desde 2013.
Para escapar de las penurias, las bombas y la muerte, más de 20.000 personas abandonaron este sábado el enclave, elevando a 50.000 el número de civiles que huyeron de la zona desde el jueves, según el OSDH.
Los civiles no tienen otra opción que buscar refugio en las zonas controladas por el régimen, a pesar del temor a sufrir represalias, asegura la oenegé.
En otro frente de la guerra que devasta Siria desde hace siete años, más de 200.000 civiles abandonaron sus casas en la ciudad de Afrin desde el miércoles por la noche, huyendo de los disparos de la artillería turca, según el OSDH.
La guerra en Siria, que comenzó tras la represión de manifestaciones prodemocracia por parte del régimen en 2011, se convirtió en un conflicto complejo en el que intervienen varias potencias extranjeras. Desde su inicio dejó más de 350.000 muertos y millones de desplazados y refugiados.
– Hatillos –
La televisión estatal siria filmaba el sábado el flujo continuo de civiles que llegaban a los sectores controlados por el ejército.
Ancianas vestidas de negro, jóvenes que caminaban exhaustas por una carretera polvorienta cargando mantas en los brazos, hombres que caminaban con hatillos al hombro… Los civiles se llevaron sus escasos bienes tras años de bombardeos y destrucción.
Las autoridades abrieron centros de acogida improvisados en la periferia de Damasco para recibir a los desplazados, especialmente en la localidad de Adra, en el norte de Guta.
«No tenemos donde dormir, no tenemos mantas, sólo han distribuido una, las mujeres y los niños se han instalado en el suelo», lamentaba Abu Jaled, de 35 años, que encontró refugio en una escuela convertida en un albergue temporal.
En Duma, la principal ciudad del enclave, este sábado continuaron las evacuaciones médicas por quinta jornada consecutiva, según un corresponsal de la AFP.
Mientras el régimen continúa su avance en la región, los grupos rebeldes islamistas Yaish al Islam, Faylaq al Rahman y Ahrar al Sham, cada uno presente en uno de los tres sectores asediados de Guta, se mostraron dispuestos a entablar «negociaciones directas» con Rusia, bajo supervisión de la ONU, para obtener una tregua.
Los rebeldes de Guta disparan regularmente obuses y cohetes contra Damasco. Uno de esos obuses mató este sábado a un civil según el OSDH.
-‘Situación aterradora’-
En Afrin, donde las fuerzas proturcas rodean casi por completo la ciudad, 11 civiles murieron este sábado en un bombardeo mientras intentaban salir de la localidad, informó el OSDH.
Un solo corredor permite a los habitantes huir por el sur hacia territorios controlados por los kurdos o el régimen.
«La situación es aterradora», aseguró el director del OSDH, Rami Abdel Rahman. «Hubo combates violentos durante toda la noche en la periferia norte de la ciudad de Afrin. Las fuerzas turcas y sus aliados sirios tratan de entrar en la localidad».
El viernes por la noche, 16 civiles fallecieron en un bombardeo turco sobre el principal hospital de la ciudad de Afrin, según el OSDH. El ejército de Turquía desmintió ese ataque.
El bombardeo turco causó «importantes destrucciones» en el hospital, el mayor de la región, que quedó «fuera de servicio», según su director, Jiwan Mohamad, citado por la agencia de prensa oficial siria Sana.
Turquía y sus aliados sirios cercan esa ciudad en el marco de la ofensiva lanzada el 20 de enero contra la milicia kurda de las Unidades de Protección Popular (YPG), a la que Ankara califica de «terrorista».
DC / AFP