Lo que hoy en día nos parece totalmente habitual era mal visto, incluso ilegal. Pero gracias a estas valientes mujeres hoy podemos vivir una vida más libre, aunque eso no significa que no tengamos derechos por reivindicar. Estas son algunas de las cosas que las mujeres no podíamos hacer hace menos de 100 años:
Usar pantalones
Probablemente te parezca muy normal usar pantalones, ¿cierto? Pues en algún momento de la historia esto fue totalmente reprochado por la sociedad, ¿por qué? Porque estos eran exclusivos de los hombres.
Amelia Bloomer fue la primera mujer en protestar contra esta absurda regla por allá de 1850. Creó una novedosa y revolucionaria prenda, los pantalones bloomers, o mejor conocidos como pantalones bombachos, inspirados en los trajes turcos: unas enaguas largas, flojas y ligeramente amplias que se pegaban al tobillo; sobre ellas iba una falda más corta que las habituales faldas victorianas y pretendían mejorar la calidad de vida de las mujeres.
Amelia fue reprochada por la sociedad y la prensa por atreverse a desafiar las reglas.
Y si eso te parece un pasado muy lejano, en 1972 se le negó la entrada al Parlamento en Francia a la ministra de Asuntos Exteriores de aquél país por llevar pantalones, así que ella inmediatamente respondió: «Si es mi pantalón lo que les molesta, me lo quito ahora mismo».
Recordemos que hasta el 2010, en Francia aún era ilegal que las mujeres usaran pantalones, sí ILEGAL. Obviamente esta era una ley olvidada (a excepción del Parlamento) y ninguna mujer en París estaba en prisión por usar pantalones, sin embargo es la prueba de que las leyes absurdas fueron reales en algún momento de la historia.
Correr maratones
¿Amas el deporte y de vez en cuando corres maratones? Pues hace no muchos años esto era imposible para las mujeres, no fue sino hasta el 19 de abril de 1967, cuando Katherine Switzer dio el primer paso para cambiarlo.
La joven se inscribió al emblemático maratón de Boston, en Estados Unidos, durante la carrera fue fotografiada con gran curiosidad por la prensa hasta que fue perseguida por el organizador para sacarla, cuando logró safarse, ella tomó más valor para terminarla, así lo contó en una entrevista para la BBC:
«Le dije a mi entrenador: «Tengo que terminar esta carrera, así sea sobre mis manos y mis pies, porque si no la termino nadie creerá que las mujeres pueden hacer esto, que las mujeres deben estar aquí».
Finalmente, Switzer fue descalificada cuando cruzó la meta, pero ese sueño no acabó allí, después de esa histórico momento, Katherine organizó más de 400 carreras en 27 países y esas fueron pruebas suficientes para proponer ante el Comité Olímpico Internacional incluir a la competencia el maratón femenino. Lo logró en 1984.
Elegir cuántos hijos tener
Actualmente hay una gran variedad de métodos anticonceptivos y las mujeres podemos elegir el más adecuado a nuestras necesidades, pero esto no siempre fue así. Los anticonceptivos estuvieron prohibidos en la mayoría de los países católicos hasta los años 70, ni siquiera los médicos tenían permitido dar información a sus pacientes, eso explica las numerosas familias de antes.
Ante esta absurda regla Margaret Sanger, en Estados Unidos y Marie Stopes, en Reino Unido lucharon por el derecho a elegir sobre nuestro cuerpo, incluidos los métodos anticonceptivos y el aborto.
La prohibición de los anticonceptivos en Estados Unidos terminó hasta el 2001. En Connecticut aún era ilegal brindarle información sobre planificación familiar a las parejas casadas.
Estudiar
Si hoy en día hay machismo en el ámbito profesional, pues aún hay quienes afirman que hay carreras «de hombres», imagínate hace 100 años. Un siglo atrás, las escasas mujeres que llegaban a estudiar la preparatoria y el nivel superior en México estaban destinadas a ser profesoras, no más.
Pero quien desafió las reglas sociales fue Matilde Petra Montoya Lafragua, la primera mujer en alcanzar el grado académico de médico en México en 1887, en la Escuela Nacional de Medicina.
Ese camino no fue fácil. Matilde enfrentó muchos obstáculos incluido el de sus propios compañeros de carrera, quienes iniciaron una solicitud para expulsarla porque, según un artículo de la UNAM, «debía ser perversa por querer estudiar medicina y ver cadáveres de hombres desnudos».
Votar
Es muy probable que ya sepas que este derecho fue conseguido gracias a las valientes sufragistas, mujeres que protestaron durante años hasta que la legislación internacional reconoció el sufragio femenino a través de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 1948, antes de eso, el voto era sólo cuestión de hombres.
DC / Informe21 – Vix