Tendido en una zona enmontada ubicada a 100 metros de Los Estanques de Lino, en la carretera que conduce a la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), justo en el sector Disfulcación, parroquia San Isidro, en el municipio Maracaibo, apareció, ayer a las 8.00 de la mañana, el cadáver de Luis Eduardo Villalobos Montero, de 23 años, conocido con el remoquete del “Diablo”. Los detectives del Eje de Homicidios de la Policía científica presumen que sus verdugos le dispararon por la espalda en reiteradas oportunidades.
Fuentes policiales vinculadas con la investigación manejan una hipótesis. Los sicarios interceptaron al muchacho cuando caminaba por la calle, lo subieron en un vehículo particular, después de horas descendieron, le ordenaron correr, momento preciso para accionar las armas de fuego contra su humanidad. Las conjeturas de los efectivos se basan en las características de la escena del crimen; una trilla apartada, donde impera la soledad y los testigos son nulos.
Cuando la comisión de la Policía regional, los funcionarios del cuerpo detectivesco y la unidad de medicina forense llegaron al terreno baldío procedieron con las pesquisas, el agricultor estaba boca arriba, en el brazo izquierdo era posible observar un tatuaje, el nombre de Samuel; aunado a cuatro heridas a quema ropa en la espalda. Los policías piensan que lo mataron a la 1.30 de la madrugada.
Alrededor del cuerpo había siete conchas percutidas, quedaron como evidencia. La hermana de la víctima detalló que unos hombres la sacaron hace tres días de la casa donde vivía en el barrio Milenio, a escasas cuadras donde ocurrió el asesinato, en medio de la oscuridad de la noche, su esposa e hijo lo vieron partir.
La Verdad