Con total probabilidad, los Duques de Cambridge apuntarán esta semana en su calendario como una de las más bonitas de su vida. El matrimonio daba el lunes la bienvenida a su tercer hijo, Louis Arthur Charles, y hoy, domingo, la finaliza celebrando su séptimo aniversario de bodas. En este tiempo, tanto la vida del príncipe Guillermo como la de Catherine ha cambiado por completo, convirtiéndose en padres de familia numerosa y en referentes de su país.
A pesar de que parece que fue ayer cuando el nieto mayor de Isabel II presentaba a su joven compañera de universidad como su futura esposa, lo cierto es que, desde aquel 29 de abril de 2011, momento en el cual se dieron el “sí, quiero” en la abadía de Westminster, la pareja ha vivido muchos y grandes momentos juntos.
El último, como hemos dicho, el acontecido este mismo lunes, cuando nació su tercer hijo, al cual presentaban sólo siete horas después de que la Duquesa de Cambridge diese a luz. El bebé, que pesó 3,900 kilogramos y ocupa el quinto puesto en la línea de sucesión al trono británico, llega para colmar la felicidad de sus padres, que junto con el príncipe George, de cinco años, y la princesa Charlotte, de tres, convierte a la familia en numerosa. “Duerme relativamente bien hasta ahora, se porta bien, lo que es muy bueno”, revelaba el pasado miércoles el príncipe Guillermo sobre el príncipe Louis de Cambridge.
A este momento mágico para el matrimonio, que sigue mostrándose cómplice y cariñoso en cada intervención pública a pesar del paso de los años, se unen dos más que vivirán próximamente y que esperan con alegría y muchas ganas: el inminente enlace del príncipe Harry con su novia Meghan Markle, donde el Duque de Cambridge tendrá un papel importante pues es el padrino de boda; y el nacimiento de su primer sobrino, ya que, según se ha revelado, Pippa Middleton estaría embarazada de tres meses.
El príncipe Guillermo y la Duquesa Catherine tienen, por tanto, motivos suficientes para celebrar y festejar este séptimo aniversario de bodas aunque, con un pequeño de siete días en casa, lo más seguro es que todo quede en un festejo familiar con los tres niños de la casa.
La Patilla