Los montenegrinos votaban este domingo para elegir un nuevo presidente, en unas elecciones en las que el dirigente pro occidental Milo Djukanovic, que dirigió Montenegro durante 25 años, figura como favorito.
Casi 533.000 electores están llamados a las urnas entre las 07H00 (05H00 GMT) y las 20H00 (18H00 GMT) en 1.214 colegios electorales de este pequeño país de los Balcanes.
Los primeros resultados de los comicios, seguidos por casi 2.000 observadores internacionales y locales, se conocerán el domingo en la noche.
Djukanovic, de 56 años, ha sido primer ministro en seis ocasiones desde 1991 y presidente durante un mandato (1998-2003). Según los sondeos, podría declararse vencedor ya este domingo, sin necesidad de esperar a la segunda vuelta, el 29 de abril.
Condujo Montenegro a su independencia de Serbia en 2006 y a su adhesión a la OTAN, efectiva desde el año pasado, para pesar de Rusia y de una parte de los montenegrinos, en su mayoría eslavos y ortodoxos. Ahora aspira a lograr su entrada en la Unión Europea.
– «Reinado de un autócrata» –
Si este economista de casi 2 metros de altura gana la elección, el puesto de presidente, hasta ahora honorífico, se convertirá en el verdadero epicentro del poder.
El mandatario saliente, Filip Vujanovic, es un allegado de Milo Djukanovic, miembro de su Partido de los Socialistas Democráticos, al igual que el actual primer ministro, Dusko Markovic.
Su principal adversario es el empresario Mladen Bojanic, también de 56 años, quien este domingo, al depositar su voto, llamó a «poner fin al reinado de un autócrata que quiere transformar Montenegro en dictadura».
Apoyado por las principales formaciones de la oposición, prorrusas o no, cuenta con alrededor de un tercio de las intenciones de voto.
El único candidato abiertamente prorruso, Marko Milacic, un periodista de 32 años, apenas lograría un 3% de los sufragios.
– Dificultades económicas –
Djukanovic parece haber moderado su discurso hostil con el Kremlin y dijo estar dispuesto a «establecer relaciones normales con Rusia, si esta también está dispuesta a hacerlo».
Las autoridades judiciales montenegrinas acusaron a las instituciones rusas de estar detrás de un intento de golpe de Estado e incluso de un proyecto de asesinato de Djukanovic que aseguran que desbarataron en octubre de 2016, algo que Moscú rechaza.
«La oposición nos propone ser una provincia rusa» y defiende «una política retrógrada sobre el modo de vida multiétnica en Montenegro», acusó Djukanovic, quien cuenta con el apoyo masivo de las minorías croata, albanesa y bosnia, que representan alrededor de 15% del electorado.
Por su parte, la oposición lo ataca por el peso del crimen organizado y lo acusa de mantener relaciones con el hampa.
En un país con más de 20% de desempleo, Djukanovic se comprometió a duplicar en unos años el salario medio, actualmente de 500 euros (617 dólares), pero dijo que sólo sería posible si Montenegro no se desvía de su camino hacia la UE.
«La situación económica es muy mala y sin una mejora no habrá avances», advirtió al acudir a votar Lidija Milic, una traductora de 51 años.
A media jornada del domingo, la participación era de algo menos de 30%, parecida a la de las legislativas de 2016, pero muy superior a la de la anterior presidencial, en 2013 (20%).
DC / AFP