Chenesht, un pueblo del este de Irán, alberga dos cuevas históricas: Chenesht y Chehel Chah, y en esta última —con una antigüedad de 1.400 años— los científicos han encontrado los restos de 14 cuerpos de hombres, mujeres y niños.
Lo curioso es que estos restos fueran hallados hace 25 años, y durante todo este tiempo se llevó a cabo una investigación secreta. Sputnik habló con el jefe del equipo arqueológico que se ocupó de las excavaciones, Rajab Ali Labaf Janiki.
«Hace 25 años comenzamos las excavaciones en la ciudad de Birjand y el pueblo de Chenesht, que son muy interesantes desde el punto de vista histórico y antropológico. En la aldea de Chenesht hay una cueva que un equipo de iraníes y estadounidenses descubrió hace muchos años. A 250 metros de esta cueva se encuentra la cueva de Chehel Chah, encontrada por un grupo de escaladores de Birjand. Fueron ellos los que hallaron los restos humanos e incluso tomaron algunas piezas óseas», explica el arqueólogo.
Después del descubrimiento, los científicos entraron de nuevo en la cueva junto a unos escaladores. De acuerdo con Labaf Khaniki, corrían el riesgo de quedar atrapados bajo los escombros. Allí encontraron los restos de hombres, mujeres y niños y entre ellos había el cuerpo de un hombre y un niño colocados en un recipiente parecido a un ataúd.
«Era obvio que alguien los enterró como en una tumba. Las posturas de algunas personas indicaban que estuvieron tratando de salir de allí. Por ejemplo, un esqueleto estaba sosteniendo un palo. En total, a lo largo de la cueva, contamos 14 esqueletos. Una mujer tenía a su hijo en el regazo. Dos hombres parecían estar tratando de protegerlos antes de que fallecieran. En todos los casos se
Labaf aclaró que existen dos hipótesis principales para explicar cómo esta gente quedó atrapada en el lugar. La primera es que se escondieron en la cueva de un ataque militar pero los enemigos acabaron descubriéndolos y les bloquearon la salida. La segunda es que estas personas fueron aisladas debido a que podrían haber padecido una enfermedad contagiosa.
La investigación sobre este hallazgo tuvo que mantenerse en secreto por una sencilla razón: existía el temor de que los ladrones de tesoros robaran los restos arqueológicos.
Desgraciadamente, así es como ocurrió. Alguien logró entrar y destrozar el lugar, robando objetos muy valiosos y pisoteando los esqueletos.
DC / Sputnik