El californiano Charles Klinedinst lleva siete años a la espera de un doble trasplante de pulmón debido a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que sufre, pero ello no le ha impedido perseguir su sueño de ganar títulos en culturismo y convertirse en un ejemplo a seguir.
«Quiero ser una inspiración para las personas, que sepan que los retos se pueden lograrlo si lo tratas», dice a Efe Klinedinst, quien recientemente compitió en la categoría de participantes con discapacidades físicas en un certamen de culturismo celebrado en la localidad californiana de Corona.
Mientras otros atletas se preocupaban porque el color que se han aplicado en la piel permita el contraste suficiente para reflejar el trabajo muscular, Klinedinst cuidaba que la cánula que le permite respirar estuviese bien ajustada y que la válvula del tanque le suministre el oxigeno necesario.
Al escuchar su nombre entra erguido pero arrastrando su tanque de oxigeno, y el público estalla en aplausos para animar a este paciente de EPOC, una enfermedad responsable de 3,17 millones de muertes en 2015, según la Organización Mundial de la Salud, y la mayor causa de discapacidad en todo el mundo.
Nora Reynoso, culturista y promotora de Profesional Natural Body Building Association (PNBA, en inglés), y quién ha colgado varias medallas en el cuello de Klinedinst, asegura que los logros de este deportista se han convertido en una inspiración.
«Muchos hemos llegado aquí queriendo mejorar nuestro estilo de vida y nuestra salud, todo de forma natural, pero la fuerza de Charles nos ha superado a todos», reconoce la mexicana sobre los retos que el hombre enfrenta debido a una enfermedad que se produce por estrechamiento y daño en las paredes de las vías respiratorias.
Este californiano de 34 años se curtió en dar batallas desde que estuvo en el vientre de su madre. Su nacimiento fue prematuro y los médicos tuvieron que ayudarle a respirar, pero precisamente fue el tratamiento que recibió en ese momento el que contribuyó al daño en sus pulmones.
La madre de Klinedinst, Georgette, recuerda que de niño nunca practicó ningún deporte por sus problemas respiratorios y su adolescencia transcurrió entre medicinas e inhaladores.
Fue en la universidad, cuando vio que varios compañeros entrenaban y trabajaban sus músculos, que decidió asumir el reto de levantar pesas.
La idea no cayó nada bien en la familia, pero ante la insistencia de Klinedinst y tras consultar a varios especialistas médicos, apoyaron lo que se convertiría en su pasión.
Desde que empezó en el gimnasio en 2004 no se ha rendido y su pasión por el ejercicio no disminuyó a pesar de que en 2011 los médicos le dijeron que tenía que someterse a un doble trasplante de pulmón.
La espera por conseguir un donante se ha convertido en otra competencia, en un reto a la paciencia, en la que no hay aplausos ni medallas.
Para ser un buen candidato a un trasplante se evalúan una cantidad de factores, que incluyen la buena condición física del paciente, los anticuerpos, y el tipo de sangre, entre otros.
En su afán de mantenerse en buen estado, el culturista sigue ejercitándose y llevando una dieta estricta que han dado como resultado un trabajo logrado a punta de ejercicio y alimentación, y sin ingerir complementos proteicos o vitamínicos para ganar masa muscular.
«Está cuidando de su dieta, sus medicamentos, y cuando hace ejercicio está vigilando constantemente su nivel de oxígeno. Si necesita detenerse lo hace, descansa y luego vuelve a retomar», explica Georgette.
Hace dos años Klinedinst compitió en el torneo anual de la PNBA, al que asisten culturistas de todo el mundo, y compitió en la modalidad para personas con alguna discapacidad. En su primera competencia alcanzó el segundo lugar.
En estos días se prepara para regresar a la próxima edición de este torneo, que se celebrará el próximo 8 de noviembre y en el que busca alzarse con el título, si es que el trasplante de pulmón no llega antes.
Cinco veces a la semana el atleta le dedica varias horas al entrenamiento en el gimnasio, con el fin de mantener su condición física y evitar que pierda definitivamente la oportunidad de recibir los dos pulmones.
«Si yo puedo hacer ejercicio, todos lo pueden hacer, tal vez no para competir, pero sí para cuidar de su salud», señala un Klinedinst en tono positivo a pesar de sufrir una enfermedad crónico-degenerativa.
DC / EFE