Italia seguía sin gobierno este martes después de que el economista Carlo Cottarelli no lograra presentar un ejecutivo que tiene pocas posibilidades de ser aprobado, por lo que se multiplican las presiones para la celebración de elecciones en breve.
Cottarelli mantuvo una reunión de menos de una hora con el presidente de la República, Sergio Mattarella, en una de sus residencias oficiales en Roma, al término de la cual aplazó toda decisión y no divulgó la lista de ministros como se esperaba.
«Regresará mañana miércoles», anunció en un escueto comunicado el portavoz de la presidencia.
Fuentes de prensa sostienen que debido a la gravedad de la crisis y a las presiones de los mercados, con la prima de riesgo -que mide la confianza económica en el país- disparada a 303 puntos y la caída este martes del euro frente al dólar, Cottarelli está evaluando la posibilidad de renunciar.
Según el diario Il Corriere della Sera, importantes representantes de las formaciones vencedoras de las elecciones del 4 de marzo, como los antisistemas del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga, así como el gran perdedor, el Partido Democrático de centro izquierda, piden la celebración de elecciones «lo antes posible», lo que podría ser el 29 de julio.
Cottarelli, un exfuncionario del Fondo Monetario Internacional (FMI) y defensor de la austeridad, no ha logrado formar un ejecutivo de transición que calme las tensiones, en parte debido a que no cuenta con la confianza de un parlamento dominado por los populistas euroescépticos.
El economista, de 64 años, que ha trabajado con varios gobiernos de centroizquierda, prometió liderar un gobierno «neutral», que garantice el manejo «prudente» de las cuentas públicas y que tranquilice a la Unión Europea (UE).
El nombre del tecnócrata surgió como una salida de emergencia tras la grave crisis institucional provocada después de que fracasara el domingo la formación de un gobierno acordado entre la Liga y el M5S, los dos partidos más votados en las elecciones del 4 de marzo.
– Pedidos de elecciones –
El domingo, el presidente Mattarella vetó el nombramiento del euroescéptico Paolo Savona como ministro de Economía. Esto precipitó la renuncia del abogado Giuseppe Conte, que la semana pasada había recibido el encargo de formar gobierno.
Cottarelli explicó que, en caso de obtener la confianza, las nuevas elecciones se celebrarían a inicios del 2019 y, de lo contrario, en pocos meses, «después de agosto», lo que al parecer no satisface a los partidos.
Las elecciones anticipadas suscitan preocupación ya que estarían protagonizadas por los partidos populistas y muchos editorialistas estiman que se convertirán en un plebiscito sobre la permanencia de Italia en el euro.
«Para mí es mejor si se vota lo antes posible», declaró Luigi Di Maio, líder del M5S, quien se dijo favorable a elecciones a finales de julio o inicios de agosto.
«Pedimos inmediatamente la disolución del Parlamento y la convocación de elecciones», anunció en el Senado, el portavoz del Partido Democrático, Andrea Marcucci.
«Estamos listos para votar mañana. Los mandaremos de nuevo todos a casa», lanzó por su parte el portavoz de la Liga en el Senado, Gian Marco Centinaio.
Una frase atribuida al comisario europeo del Presupuesto, el alemán Günther Oettinger, afirmando esperar que «los mercados enseñen a los italianos a votar correctamente», provocó el martes una oleada de indignación en Italia y alimentó las críticas contra la Unión Europea.
Sondeos sobre la intención de voto publicados este martes indican que el Movimiento 5 Estrellas, que obtuvo en solitario en las elecciones de marzo el 32%, baja ligeramente, mientras la nacionalista y xenófoba Liga crece notablemente, superando el 20% tras haber logrado la hazaña de llegar al 17% en los anteriores comicios.
– Protestas –
La figura de Cottarelli, y sobre todo su pasado como miembro por casi 30 años del influyente Fondo Monetario Internacional, genera fuertes críticas de algunos sectores.
«Es un golpe de Estado financiero», tituló el diario Il Fatto Quotidiano, que considera que se ha «arrojado a la basura» el voto de 17 millones de italianos.
El líder del M5S, Luigi Di Maio, dijo: «Inútil que se vote en Italia. Los gobiernos los deciden los ‘lobbies’ financieros».
«Italia no es una democracia, no se respeta el voto popular. Los poderes fuertes quieren una Italia esclava, pobre y precaria», protestó por su parte Salvini.
Los dos movimientos han convocado manifestaciones de protesta en todo el país para denunciar lo que consideran una violación del resultado electoral.
«Si gobernáramos, hoy en día estaríamos explicando nuestro programa a los demás países, con una política económica fuerte y seria», aseguró Di Maio.
DC / AFP