Lopetegui apostó desde el principio por el hispanobrasileño, capaz de poner en jaque él solo a toda la defensa rival. Internacional desde 2014 –estuvo en el Mundial de Brasil-, Diego Costa es un luchador incansable. Fija a los centrales, aguanta la pelota, juega de espaldas, y su potencia le hace mortífero con espacios, al tiempo que ofrece continuos desmarques y sabe estar en el sitio adecuado en el momento preciso. Regresar al Atlético de Madrid le ha sentado muy bien, y tras una dura puesta a punto a base de boxeo, tiene su olfato goleador más fino que nunca.
DC / FiFa