Los colombianos votarán el 17 de junio y las encuestas por el momento apuntan un favorito: Iván Duque. Nuestro promedio de sondeos lo coloca alrededor del 50% de los votos, mientras que su rival, Gustavo Petro, ronda el 37%. Además, hay un 13% de encuestados que dicen que votarán en blanco, aunque una parte serán indecisos o abstencionistas ocultos. El candidato del Centro Democrático, el partido del expresidente Álvaro Uribe, lleva meses liderando las encuestas y en la primera vuelta ratificó su fortaleza: se impuso con un 39% de los votos. Su rival en la segunda vuelta, el izquierdista Petro, logró el 25%.
Duque es el favorito en todos los sondeos de segunda vuelta que hemos analizado, con un margen sobre Petro que oscila entre los seis y los 20 puntos. Es una ventaja clara, pero no definitiva porque las encuestas en Colombia han cometido errores en el pasado, como ocurrió con el plebiscito de 2016 o en la elección presidencial de 2010. El error medio de las encuestas en las seis elecciones que se han celebrado desde 2010 ha sido de 5,3 puntos. Eso significa que errores de nueve puntos son habituales y que el margen de error ronda los 18 puntos.
La segunda fuente de incertidumbre son los cambios esta semana. Desde ahora y hasta la votación del próximo domingo la ley colombiana prohíbe la publicación de sondeos. Las encuestas disponibles ahora se hicieron como muy tarde el 6 o 7 de junio, a 10 días de la elección final. En la primera vuelta ese periodo de tiempo fue suficiente para que uno de los candidatos, Sergio Fajardo, le sumase al promedio de sondeos ocho puntos, hasta casi alcanzar la segunda posición. Se quedó a 300.000 votos de pasar a segunda vuelta. Si, por ejemplo, Gustavo Petro realiza una excepcional recta final no podremos saberlo hasta después de cerrarse las urnas.
Con esas advertencias en la cabeza, ¿qué probabilidad tiene la victoria de Duque? Para estimarla hemos hecho 20.000 simulaciones de la votación del próximo domingo tomando en cuenta los errores de las encuestas en Colombia desde 2010. El resultado de ese ejercicio dice que hay un 80% de probabilidades de que Duque sea el ganador. La victoria por sorpresa de Petro ocurre en el 20% restante de las simulaciones.
Este cálculo seguramente es conservador, por tres motivos. El primero es que estamos tratando el error con el plebiscito como una votación más, aunque era una predicción distinta y más complicada. El segundo es que no estamos considerando que las encuestas suelen hacerlo mejor en segunda vuelta. Unas encuestas, por último, que fueron más precisas de lo habitual hace dos semanas. Tomar en cuenta estas tres cosas disminuye las opciones de Petro. Por ejemplo, si repetimos nuestra simulación asumiendo que la fiabilidad de las encuestas la representan sus errores en la primera vuelta (3,3 puntos de error absoluto medio), la probabilidad de una victoria de Duque sube al 90%.
La eventual victoria de Petro, en caso de producirse, vendrá probablemente por un cambio brusco de las tendencias en el final de campaña, durante la veda de encuestas. El elevado porcentaje de voto en blanco que detectan muchas encuestas podría llegar a suponer una oportunidad para este candidato. La otra posibilidad es que el recuento en las urnas demuestre que las encuestas estaban muy erradas, pero es una opción improbable después del acierto en la primera vuelta.
DC / El País