Con su 1,92 metros de estatura, Fakhreddine Ben Youssef habría podido ser un buen defensa central, o un sólido delantero de área. Sin embargo, su velocidad y su técnica, unidas a su potencia, lo convierten en un excelente extremo derecho.
Tras ser el invitado sorpresa de la selección tunecina en la Copa Africana de Naciones 2013, realizó un campeonato totalmente fallido y, a ojos de la afición, se convirtió en el principal responsable de la eliminación. Pero Ben Youssef lo compensó con su extraordinario año con el CS Sfaxien: ganó la liga, la Copa de la Confederación de la CAF y fue elegido mejor jugador tunecino de ese 2013.
Tras un paso poco provechoso por el Metz francés, resurgió en el Espérance Sportive de Túnez, donde ganó la liga en 2017, aunque también sufrió en 2016 una grave lesión en los ligamentos cruzados de la rodilla que frenó su progresión. Tras recuperar su mejor nivel, será una pieza clave de las Águilas de Cartago en Rusia 2018.
DC / FiFa