Joshua Holt, el mormón estadounidense que estuvo detenido por dos años en El Helicoide, contó que tenía que defecar en el periódico en su celda infestada de cucarachas, que hacía pipí en una botella y que no se duchó durante dos años.
“Fue lo más cercano al infierno que puedas imaginar…en los primeros seis meses bajé 60 libras de peso, tuve bronquitis, sarna, cálculos renales y hemorroides y la única atención médica que recibí fue una inyección de analgésicos. Tenía un dolor constante en el estómago y uno de mis dientes se partió en dos. Tuve dolor de muelas agonizante durante tres meses y ni una vez visité a un dentista ni recibí medicamentos”, dijo.
Thamy, la esposa Joshua Holt, aseguró que fue torturada durante su tiempo en prisión. “Me cubrieron los ojos y me electrocutaron con una pistola Taser, me pusieron las puntas de los dedos en un sacapuntas. Estaba tan asustada. Querían que firmara una confesión de que Josh era parte de un plan de espionaje, que dirigió un equipo de la CIA enviado para socavar al gobierno venezolano, que había matado gente. Solo lloré y me negué “.
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DC | Agencias