NBA: No hay suspensión ni para Thompson ni para Kevin Love

La jornada posterior al primer partido de las Finales, vivida como una gigantesca resaca tras la catarata de emociones que supuso el arranque de las Finales, sirvió a los Cavaliers para lamer sus heridas tras su estrambótica derrota, para recuperar fuerzas y ánimo… y para llevarse muy buenas noticias: ni Tristan Thompson ni Kevin Love serán sancionados y podrán jugar el segundo partido. Tyronn Lue, que criticó con mucha dureza el arbitraje, tampoco ha recibido ni una multa económica que sí le ha caído a Thompson, expulsado en la tangana final: el pívot canadiense tendrá que pagar 25.000 dólares.

Los Cavs eran optimismas con Love (el propio ala-pívot había asegurado que no esperaba medidas disciplinarias), a pesar de que, con la norma en la mano, entrar en pista desde el banquillo de forma no autorizada supone un partido de sanción. Con Thompson había más pesimismo en las filas de los de Ohio después de que su mano, con el balón, entrara en contacto con la cara de Draymond Green. Todo ha quedado en una multa, aunque una suspensión parecía más probable en este caso pensando en enviar un mensaje para los próximos partidos de una Final que se calentó mucho el jueves pero que no ha hecho más que empezar. Si bien es cierto que la NBA es menos dura con las suspensiones con Adam Silver de lo que lo era con David Stern, la sombra de la ausencia en el segundo partido planeaba sobre Thompson, que finalmente jugará. La falta ha sido rebajada de flagrante de tipo II a tipo I.

Las declaraciones de Lue tampoco han recibido ni una multa económica. Y antes, a mediodía en la Bahía, ya se sabía a falta de confirmación oficial que Kevin Love podría jugar. El ala-pívot se metió en la pista mientras el árbitro Tony Brothers señalaba a la mesa la acción que supondría la expulsión de Thompson. Un asistente de los Cavs le envió de vuelta al banquillo lo más rápido que pudo.

El jaleo final llegó, en realidad una explosión de la enorme tensión que había habido en pista durante todo el último cuarto y la prórroga, porque Shaun Livingston lanzó a canasta con el marcador ya resuelto en los últimos segundos y Tristan Thompson le paró con una falta en la que lanzó el codo hacia adelante. Después, se justificó aludiendo a los códigos no escritos de la NBA: “Livingston no tendría que haber tirado. Es una norma no escrita. Si ganas por 10 o 11 y quedan unos 20 segundos o menos… no tiras a canasta”.

Steve Kerr posteriormente fue muy tajante en la defensa de su jugador: “Estoy en una cruzada personal contra esas idioteces de las normas no escritas y rituales. Si se va a agotar la posesión y vas a perder la bola, lanzas. Es lo que se supone que tienes que hacer. Lo llevo diciendo cuatro años: en situaciones así no vamos a acumular pérdidas, vamos a tirar”.

 

DC / As

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