Rafa Nadal: «Yo pensaba que a esta edad ya estaría retirado»

Después de la tormenta llega la calma. Eso es lo que le pasa a Rafael Nadal. Después de su undécimo título en la tierra de París pide una tregua, perderse en el mar con su embarcación, antes de afrontar el reto de volver a ser competitivo en la hierba de Wimbledon. El número 1 mundial, horas después de hacer historia, se sienta con MARCA para repasar todo lo sucedido y lo que viene.

¿Qué queda del jugador que ganó por primera vez en 2005 sin ser muy consciente de la importancia que tendría Roland Garros en su carrera?

 De la importancia que tenía el torneo era plenamente consciente. De lo que no podía ser consciente es de lo que iba a pasar en el futuro. El futuro es impredecible y no lo puedo controlar. ‘¿Qué queda de aquel Rafa?’ Soy la misma persona, con un poquito menos de energía en algunos momentos y con un poquito más de conocimiento general del mundo y un poquito más viejo desgraciadamente.
Sus otros tres compañeros en el ‘Big Four’, dígasen Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray, tienen mujer e hijos y ya han dejado claro que esa es su prioridad. ¿Usted es el que mantiene hoy un mayor compromiso con el mundo del tenis?
No, yo mantengo un compromiso con lo que me hace feliz. Mi vida me lleva a vivir las cosas de una forma o hacer las cosas de una manera o de otra. Yo también tengo una pareja y no soy sólo yo el que decide las cosas. Hay que adaptarse a las situaciones que van ocurriendo. Yo mantengo el compromiso con el tenis, sí, y con mi felicidad. Yo disfruto de lo que me gusta tanto en el tenis como fuera del tenis. ‘¿Tener familia?’ No sé, las cosas no son tan fáciles de prever. Yo, a esta edad, pensaba que ya estaría retirado y formaría una familia. A mí modo de pensar veo una familia más estructurada con una vida más estable y eso es lo que a mí me hubiera gustado. Los años van pasando pero depende de lo que ocurra con mi tenis y con mi carrera llegará un momento en que habrá que tomar una decisión y cuando llegue, llegará, y sin ningún tipo de estrés. Son cosas naturales que van pasando en la vida.

Usted está cansado de recibir grandes alabanzas y es el primero que siempre toca de pies en el suelo en el análisis. ¿Pero cómo le explica a la gente que no es un súper hombre alguien que gana 11 veces en Roland Garros?
Yo diría que soy una persona normal y corriente que ha hecho algo difícil o muy difícil. Esta es la realidad. Las cosas suceden y suceden desde el día a día. En la mayoría de los partidos que he salido a jugar aquí en París, he salido pensando que se podía ganar y que se podía perder. Y esta es la verdad. He ganado 86 partidos de los 88 que he jugado. Quizás en 75 de ellos, he salido a la pista pensando que podía ganar o que podía perder. Creo que esta es una de las bases del éxito.
¿Tuvo tiempo de mirar la cantidad de mensajes que le han llegado al móvil? ¿Alguno de ellos era de Roger Federer?
No he mirado ninguno. He tenido horas de trabajo el domingo después de la final. Llegué a la cena sobre las once y algo de la noche. Allí, evidentemente, había familia, amigos, equipo, y atendí a la gente que estaba ahí conmigo. No podía estar pendiente del móvil. Supongo que a partir del miércoles, que estaré un poco más tranquilo, empezaré a mirar todo y a intentar contestar a todo el mundo.
Usted comentó el otro día que a nivel personal creía que se debería volver a votar en España. ¿Cree que eso puede romper el consenso unánime favorable hacia su persona que tiene en todo el país?
No, porque las cosas unánimes no pasan. No existen. Dicho esto, es que yo cuando he hablado fuera de lo que es el tenis, primero yo soy un ciudadano, segundo soy persona, tercero me preocupa lo que ocurre en el país en el que yo vivo. Me preocupo por mí, por la gente a la que quiero y por la gente a la que no conozco. Al final estamos en una sociedad en la que cuanto mejor funcione el país más felices seremos todos. Soy un ciudadano que está implicado en que las cosas vayan de la mejor manera posible. Si yo dijera una barbaridad, quizá entiendo que hubiera una fractura con mi opinión. Con lo que yo dije, cualquier persona que no sea radical de nada, no puede fracturar nada. Yo simplemente di una opinión desde el máximo respeto y desde la humildad de no dedicarme a eso. Di una opinión personal de lo que creía que podía ser mejor. Lo dije porque hubo un cambio de gobierno pero sinceramente lo hubiera dicho cinco días antes de saber que había cambio de gobierno. Es que en España habían pasado tantas cosas que quizás era el momento de volver a votar porque al final han sido dos años y medio o tres muy duros para nuestro país en los que han pasado muchísimas cosas. La realidad es que no son fáciles para nadie, ni para los ciudadanos ni para los políticos. Las cosas han sido complicadas y di una opinión. Ni pedí, ni exigí, ni nada de eso. Dije lo que a mí me gustaría. Si una persona me dice que está encantada de que Cataluña sea independiente pues yo no le voy a decir que es un desgraciado por ello. Yo respeto la opinión pero no la comparto. Yo di una opinión pero no radical y desde el respeto. Hay gente que es radical, que no entiende la opinión que no va acorde con la suya y es una pena porque estamos en un país democrático en el que cada uno debería tener una libertad de expresión desde el respeto y desde el aportar. Hay gente que es radical y normalmente eso es malo para la sociedad.
Usted ha mantenido rivalidades históricas con Federer, con Djokovic, con Murray… Ahora parece que empieza otras con Sascha Zverev y con Dominic Thiem.
Me es difícil pensar en rivalidades con jugadores que tienen 10 u 11 años menos que yo. Son rivalidades totalmente diferentes porque no hemos crecido ni hemos hecho nuestra carrera juntos ni la vamos a hacer. Ellos son de generaciones que se unen y que se cruzan pero al final nunca podrá ser una rivalidad como las demás. En todo caso la rivalidad la tienen que hacer entre ellos si consiguen estar muchas veces en las finales de los torneos importantes. Yo ya tengo y he tenido mis rivalidades y las he disfrutado y las he sufrido.
¿Cómo se maneja la presión de llegar cada año a Roland Garros y sentir que todo el mundo le considera como el único favorito?
Es que cuando yo llego aquí tampoco me preocupo mucho de lo que todo el mundo crea o no crea. Yo pienso en lo que creo yo y en lo que está alrededor mío. Yo salto a la pista a hacerlo lo mejor posible desde el primer día y voy día a día. Es verdad que es el torneo más importante para mí pero no lo voy a ganar siempre y yo no puedo pensar en lo que piensen los demás sino en estar preparado para dar el mejor nivel posible y, después, soy consciente que si eso ocurre, tendré mis posibilidades.
¿Una de las claves de su renovado éxito ha sido la mejoría en su golpe de revés?
Creo que el revés hace tiempo que lo he mejorado, no es algo nuevo. Aunque no creo que Roland Garros haya sido mi mejor torneo en este aspecto. He terminado bien, eso sí, en cuartos, semifinales y final. Pero la primera semana no jugué bien de revés. Quizá ha sido el torneo de tierra que peor he estado de revés pero en general sí que me ha aportado que la pista se hace mucho más grande para los demás aún porque si consigo abrir con mi derecha al revés del rival después si tengo la otra para abrir con el revés a la derecha del rival la pista se vuelve muy grande y se me abren muchas más posibilidades. En los último tiempos hemos entrenado muchas veces dos contra uno. Me ha ayudado a coger más direcciones y tener más confianza cuando los hago. Se ha trabajado de una manera diferente pero este año lo he trabajado muy poco con los problemas que tuve en la rodilla y después con lo del psoas la posibilidad de entrenar ha sido prácticamente nula. El trabajo, en todo caso, estaba hecho de atrás. Me gustaría poder entrenarlo un poquito más.
Era la primera vez que Carlos Moyá ejercía de primer entrenador y también la primera vez que Toni acudía como tío. ¿Cómo lo vivió desde la pista?
El equipo no es nada nuevo para mí, es el de siempre. Carlos lleva tiempo conmigo. Estoy feliz con el equipo que tengo y lo demuestra que prácticamente llevamos toda la vida juntos. Yo en mi vida no he echado a nadie. Que Toni haya estado bien, sentir el apoyo de alguien que es familia y quizá el que me conoce más de todos dentro de una pista de tenis. Fue bonito que estuviera en la final. Momento bonito para todos. Yo he pasado momentos difíciles y quizás, sin el apoyo de todos ellos, estaría retirado.
Al mundo del tenis le ha sorprendido que usted y Federer hayan ganado los últimos seis ‘Grand Slam’.
Sí que me ha sorprendido porque en 2017 yo llevaba dos años sin ganar y él creo que no ganaba un gran título desde 2012. Claro que sorprende porque estamos en una edad avanzada. Cuando llevas tanto tiempo sin ganar no sabes si volverás a hacerlo algún día.
¿Se ve más cerca de plantearse llegar a los 20 grandes del suizo?
Claro que me gustaría tener 20 como Federer o más pero ahora no está en mi cabeza. 17 es un número increíble. Quiero disfrutar del momento. No puedo pensar en ganar más. No me puedo volver loco con eso. No te puedes volver loco si alguien tiene más títulos, más dinero, más casas…
¿Cuándo pisará la hierba?
No puedo pensar cuándo va a ser el primer entrenamiento porque he jugado casi todos los partidos posibles en tierra. El año pasado pensaba que podía llegar lejos en Wimbledon. La decisión será la mejor para mi cuerpo.
DC / Marca
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