Aproximadamente a la 1:00 de la tarde, cuando probablemente ambas señoras se encontraban en las tareas de la cocina, tomando en cuenta la proximidad de la hora del almuerzo, dos jóvenes entraron sigilosamente a la vivienda número 6, calle La Cañada en el barrio Los Jabillos de Las Tejerías, municipio Revenga, estado Aragua, con la finalidad de robar.
Destacando la hipótesis de que los jóvenes siguieron a la abuela de 93 años hasta la mencionada vivienda desde que salió del banco donde cobraba su pensión, se presume que los rateros sabían exactamente lo que iban a sustraer de la residencia.
Fue así como ingresaron a la casa y se encontraron con la nonagenaria y su cuidadora, a quienes amordazaron y cubrieron la cabeza con fundas de almohadas, cuidando que las ciudadanas no pudieran identificarlos, esta acción hace pensar que probablemente serían conocidos del sector Los Jabillos, donde residían.
Luego de taparles las cabezas a sus víctimas, los sujetos se dirigieron hasta la cartera de la anciana para sustraer los escasos dos millones de bolívares que se encontraban en el interior, producto del cobro de una parte de la pensión correspondiente al mes de julio.
Presuntamente ambas mujeres, asustadas por lo que estaba ocurriendo, intentaron suplicar a los antisociales que se retiraran de la vivienda y que no les hicieran nada, sin embargo, éstos se dirigieron hasta ellas y les propinaron varios golpes.
Vale resaltar que no solamente se encargaron de taparles la cabeza para que no los reconocieran, sino que también las maniataron en manos y tobillos con los cables de teléfono.
Con golpes encima, amordazadas e indefensas, a las féminas no les quedó otro remedio sino encomendarse a Dios y suplicar por su vida, mientras que los maleantes salieron airosos con la recompensa obtenida al robar el dinero que estarían buscando.
En el momento en que los familiares de Troya llegaron a la residencia, encontraron la espantosa escena, con la señora muerta, así como también el estado de shock de su cuidadora, quien aunque había salido ilesa del suceso, para ese momento permanecía maniatada.
A las afueras del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses ubicado en Caña de Azúcar, los médicos forenses intentaban determinar las causas de la muerte de la señora Ana Luisa Troya, pues pudo haber muerto por el impacto de lo que estaba sucediendo o por los golpes que recibió por parte de los atacantes.
Algunos vecinos del sector que prefirieron no ser identificados comentaron que en la actualidad, Las Tejerías es un sector que se encuentra sumergido en la delincuencia, así que piden que se haga justicia por la muerte de la señora Troya.
Sobre los asaltantes que pusieron punto final a la vida de la abuela, ningún vecino o familiar, ni siquiera la cuidadora de la ciudadana, supo dar razón de ellos, porque esta última no pertenecía a la zona, mientras que los habitantes del sector dijeron no haberse percatado nunca de nada.
Queda de parte de los sabuesos investigar las causas del hecho y dar pronta respuesta a los familiares y a la opinión pública sobre el destino que tendrán los malhechores que causaron tan grande dolor a la familia de Troya.
La señora Ana Luisa Troya dejó un hijo, también de la tercera edad con 73 años, y varios nietos y bisnietos, lo que quiere decir que era pilar de la familia.
DC / El Siglo