El aumento de los precios regulados de diversos productos alimenticios continúa. La perdida de ingresos en las empresas debido al alza de los costos que no pueden ser cubiertos debido a la regulación, ha obligado al Gobierno a flexibilizar el control de precios.
A finales de la semana pasada los consumidores quedaron sorprendidos del nuevo precio de la harina de maíz, el cual pasó de 54.000 a 741.000 bolívares el kilo, lo que refleja un alza de 1.272% en un período de dos meses
La harina de maíz se encuentra dentro de los rubros con precios regulados desde hace más de 15 años. También se ha convertido en uno de los principales productos revendidos por los llamados “bachaqueros” o revendedores con precios entre 900.000 y 1.500.000 bolívares, generando ganancias de hasta 2.677%.
Representantes del sector de la agroindustria señalan que debido al proceso hiperinflacionario que vive Venezuela, los costos suben semanalmente a tasas mucho más altos que el promedio de la tasa de hiperinflación, que de acuerdo a los cálculos de la Asamblea Nacional se ubica en 4.684,3% entre enero y mayo de este año. Los altos costos se evidencian en gran medida en la venta a la industria de los empaques plásticos y los de papel (fardo).
Sin embargo, este precio -según señalan- autorizado por la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) estaría aún por debajo de la estructura de costos.
De acuerdo a lo señalado por varios funcionarios, la harina de maíz forma parte de los productos prioritarios incluidos en el Plan 50, programa en el cual las autoridades acordaron nuevos precios luego de reuniones con representantes de varios gremios y empresas del país para analizar la estructura de costos. Oficialmente, el Gobierno aún no ha informado de estos nuevos precios que resultaron de los encuentros realizados a comienzos del mes de julio.
DC | Tal Cual Digital