Una ola de disturbios siguió por cuarta noche consecutiva en la ciudad francesa de Nantes, donde inculparon al policía que mató al joven Aboubakar Fofana en un control de rutina el martes y que expuso nuevamente las tensiones en las zonas urbanas pobres de Francia.
Aunque se incendiaron automóviles y se lanzaron explosivos caseros, la noche del viernes al sábado fue más tranquila que las anteriores, según el balance de la policía. En todos los suburbios de esta ciudad francesa los manifestantes quemaron 35 vehículos y se produjo un principio de incendio de un edificio de viviendas sociales.
El motivo de los disturbios es la muerte el martes por la noche de Aboubakar F., un joven de 22 años, que fue abatido durante un control policial. Los incidentes también han tenido lugar en Garges-lès-Gonesse, una localidad en las afueras de París, de donde provenía la víctima.
Como en incidentes similares en el pasado, los manifestantes denuncian un «abuso policial» en controles y redadas que realizan en zonas desfavorecidas en las afueras de las grandes ciudades de Francia.
Las fuerzas del orden respondieron con bombas lacrimógenas los ataques que recibieron con cocteles molotov en los suburbios de Breil y Bellevue en Nantes, donde en los últimos cuatro días la ola de disturbios ha dañado varios inmuebles y comercios.
Justo antes de estos nuevos disturbios, el agente implicado en esta muerte fue liberado bajo control judicial tras ser inculpado por el juez «por golpes y heridas voluntarias que provocaron la muerte de forma involuntaria», explicó a la AFP el abogado del policía Laurent-Franck Lienard.
El policía, que fue puesto en prisión preventiva el jueves para ser interrogado, y admitió que al principio «hizo una declaración que no corresponde con la verdad», dijo su abogado.
Después de haber afirmado que actuó en legítima defensa, el viernes «declaró que se trató un disparo accidental», añadió Lienard.
Según una fuente próxima a la investigación, el agente había afirmado en un primer tiempo que abrió fuego cuando el joven intentó dar marcha atrás «a gran velocidad», poniendo en riesgo la vida un agente que estaba detrás del vehículo.
Otra fuente indicó que sus colegas habían confirmado esa versión, y añadieron que había niños jugando en la acera, justo detrás del coche.
Pero esta versión, que no fue confirmada por el fiscal de Nantes Pierre Sennès, no correspondía con los testimonios de varios habitantes interrogados por periodistas de la AFP. Según una mujer que filmó la escena y que habló en condición de anonimato «no había ningún agente detrás del coche».
– Recuento oficial –
De acuerdo al fiscal, el desarrollo de los hechos se divide en tres partes: un control de la policía de entre «10 y 15 minutos», donde Fofana entrega identificación falsa y donde los policías le piden que se estacione para luego ir a la comisaría.
Luego, el joven intenta escapar dando marcha atrás con su vehículo, una maniobra «particularmente peligrosa porque el conductor rozará a un funcionario de la policía» con «dos niños cerca». El agente «se tira al borde del camino» con «una niña que podría haber sido golpeada por el vehículo del fugitivo», dijo el fiscal. El conductor choca un auto estacionado.
Al final, el conductor vuelve a intentar escaparse en marcha atrás y es ahí donde el policía le dispara.
El agente indicó que, de hecho, trató de agarrar el volante para detener la maniobra del fugitivo, dijo el fiscal al aclarar que por el momento solo se remetía a la calificación penal de los hechos.
Aboubakar F. tenía pendiente una orden de arresto por robo.
Los jóvenes que viven en estas zonas denuncian a menudo la mano dura y la brutalidad policial, mientras que las fuerzas de seguridad son frecuentemente blancos de actos violentos.
Las autoridades quieren evitar a toda costa que los disturbios se propaguen, como sucedió en 2005 cuando estallaron disturbios en todo el país tras la muerte de dos adolescentes negros que fallecieron electrocutados cuando escapaban de la policía.
DC / AFP