Lo que ocurre en Venezuela, y especialmente en el Zulia con los apagones, es verdaderamente dantesco; éstos hacen una contribución inmensa para hacer de nuestro país un espacio geográfico invivible. No es fácil conseguir un país en el mundo donde se consigan al mismo tiempo (a menos que estén en guerra) de manera interrelacionada un desabastecimiento generalizado de alimentos; ausencia de las medicinas necesarias para la salud; falta de agua potable; carencia de dinero en efectivo para ir a las escuelas y a los sitios de trabajo; una hiperinflación desmesurada de la economía que corroe los bolsillos de sus habitantes y que es el principal ingrediente de la miseria imperante y para colmo de males apagones a cualquier hora del día de 4 a 12 hrs que paralizan toda la estructura socio – económica del país; todo ello lleva a un fin inmediato: la muerte.
El comunismo, lo hemos dicho hasta el cansancio; tiene como filosofía de acción, no sólo limitaciones y restricciones en el plano político, económico, social, cultural y ético, sino que tiene incidencia en la “vida misma” con consecuencias directas en la muerte; es decir, el comunismo es en esencia, muerte; y así lo estamos observando en nuestra realidad actual. Toda esta situación de desmadre que sufrimos está “preindicada” en los cánones de esa malsana ideología; así ocurrió en la antigua URSS, ocurre en Cuba, en Corea del Norte y otros. Es bueno destacar, lo ocurrido recientemente en Ucrania. Este país formó parte de la ex URSS y su población padeció de manera inclemente los efectos del comunismo; hoy, en Ucrania, la nueva clase política (jóvenes graduados en las mejores universidades de Europa) abolió, sin restringir el “pluralismo político democrático”, al comunismo como forma de pensamiento, para no repetir los hechos históricos en los cuales estuvieron subsumidos y subordinados por décadas; que no fue otra cosa que: “sufrir la muerte” como “pasión de vida”, de la filosofía de acción de la ideología comunista.
Tenemos que detener el comunismo, éste ha agarrado mucho “fuelle” en nuestra sociedad y lo más grave de todo es que penetró, de manera abrupta e inconstitucional (a cambio de prebendas crematísticas y delincuenciales), la estructura de la FAN, al mejor estilo soviético y una copia impecable del modelo cubano. No es fácil ésta tarea, pero tenemos el sagrado deber, por nuestros hijos y nietos, que intentarlo “una y otra vez” hasta alcanzar el objetivo latente y para ello contamos con una comunidad internacional que “abre los ojos” sin titilar ante la barbarie que los comunistas causan en Venezuela. La respuesta de nuestra gente de irse del país ante el caos, es respetable; pero no es la solución ante el hecho comunista; la decisión es quedarnos en nuestro país sin cortapisas y con mucho coraje para enfrentar in situ al régimen; y si en ese esfuerzo se llega a la muerte, ésta sería mucho mejor que alcanzarla por hambre, por angustia, por desesperanza o por ruptura neuronal.
DC/Prof. Marlon S Jiménez García/Profesor Universitario/Marjimgar54@hotmail.com