Explosión por juegos pirotécnicos deja 24 muertos en el centro de México

Una potente explosión en un taller de juegos pirotécnicos dejó al menos 24 muertos y 49 heridos, entre ellos bomberos y policías que acudieron este jueves a atender la emergencia en Tultepec, un municipio del centro de México que se dedica a la fabricación artesanal de cohetes.

Esta tragedia reabre las heridas que dejó en la comunidad la explosión de su principal mercado de pirotecnia en 2016, cuando murieron 42 personas.

El bombazo de este jueves ocurrió por la mañana, cubriendo con una gran nube blanca la zona de verdes campos agrícolas donde se sitúan los talleres que fabrican los fuegos artificiales más grandes y que son exhibidos cada marzo en la feria de Tultepec, en el estado de México.

“Se tiene registro de 24 personas fallecidas, 17 en el lugar de los hechos y siete en hospitales”, entre ellos un menor de edad, indicó un comunicado de la fiscalía local, que hasta el momento recuenta 49 lesionados que fueron trasladados a diversos hospitales.

Entre los fallecidos hay al menos cuatro bomberos y cinco policías, precisó junto al taller calcinado Maribel Cervantes, secretaria estatal de Seguridad Pública.

Después de la “primera explosión, llegaron los servicios de emergencia (…) y es por eso que cuando estaban prestando los primeros auxilios se registra la segunda explosión y pierden la vida y resultan lesionados los compañeros nuestros”, explicó.

Las actividades en los talleres de la zona fueron suspendidas tras el despliegue de cientos de soldados y policías que peinaban el terreno, dentro de un cerco de seguridad hecho con cintas amarillas.

Desde el taller calcinado y aún humeante de tabiques rojos se seguían escuchando detonaciones de cohetes, y a un costado se encontraban dos camiones cisterna de los bomberos con severos daños y quemaduras, así como material calcinado que fue proyectado en la explosión.

Decenas de talleres vecinos se encontraban intactos, con enormes leyendas de “prohibido fumar”, en un ambiente envuelto por el picante olor a cohete quemado.

Llovió fuego

El presidente Enrique Peña Nieto lamentó los hechos e Twitter: “Envío mis condolencias a las familias de los fallecidos y deseo pronta recuperación a quienes resultaron lesionados”.

En Tultepec, Alondra Pérez estaba almorzando cuando escuchó el “trueno tan terrible”.

“Salimos corriendo y encontré en el cielo una nube blanca inmensa, como cuando va a llover. Sólo que hoy lo que llovió fue fuego”, dice a la AFP esta ama de casa de 62 años.

Pese a los traumas que han dejado explosiones pasadas, los habitantes continúan realizando sus tradicionales cohetes.

“Es una fuente de trabajo y de ahí comemos nosotros. Realmente la mitad del pueblo nos dedicamos a eso, a trabajar ahí para sacar el sustento”, dice Manuel Guerrero, un artesano jubilado de 63 años.

“Si le toca la de malas, pues le tocó, y hay que seguir. La vida sigue”, añade, tras haber recorrido 3 km en su bicicleta hasta el lugar de los hechos.

Apenas el 6 de junio pasado, un estallido dejó siete muertos en Tultepec, aunque el más dramático ocurrió el 20 de diciembre de 2016, cuando una explosión en el principal mercado de pirotecnia dejó 42 muertos.

Alejandro Ozuna dijo que las autoridades harán una “revisión exhaustiva” de todos los permisos para buscar posibles irregularidades, ya que muchos talleres operan de manera clandestina.

“Sabemos que es una forma de vida, una tradición, pero debemos mandarle el mensaje a la comunidad y debe de entender que se debe de regular, de cuidar la integridad física de ellos mismos”, subrayó el funcionario.

Un agente policial en la zona de desastre dijo que quienes se dedican a la pirotecnia no miden las consecuencias de su labor.

“La gente de acá insiste en seguir haciendo cohetes porque es su tradición, pero da coraje porque compañeros bomberos que no tienen nada que ver en esto hoy resultaron muertos por salvar a esta gente”, explicó el policía bajo el anonimato, por no estar autorizado a dar declaraciones.

Luego de que su hijo de 14 años pasó angustiosas horas de búsqueda, Osvaldo Urban, un artesano de 43 años que estaba trabajando junto al lugar de la explosión, surgió de entre el séquito de paramédicos y bomberos.

“Estoy muy agradecido de estar bien. Estaba en mi taller trabajando cuando oí la explosión”, dijo con la voz quebrada.

 

DC / AFP

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