Las lluvias azotaron la región a partir del 6 de julio y todavía hoy se encontraban en la zona 55.000 efectivos de las Fuerzas de Autodefensa (ejército), la policía y los bomberos, además de voluntarios.
“Hay que tener mucho cuidado con el calor que hace en la zona”, explicó el portavoz, ya que se espera que hoy las temperaturas superen los 35 grados Celsius, según la Agencia Meteorológica de Japón.
Las lluvias, las peores desde 1982, dañaron miles de viviendas, destruyendo 160 y dejando otras 200.000 sin suministro de agua durante más de una semana.
Todavía hay zonas anegadas por las inundaciones y el terreno se encuentra en mal estado debido a derrumbamientos y aludes de barro, lo que está complicando el acceso a carreteras y, por tanto, las labores de búsqueda de desaparecidos y la asistencia a los evacuados