Los allanamientos a las residencias de la expresidenta Cristina Kirchner, investigada en un caso de sobornos millonarios que sacude a la política y el empresariado en Argentina, continuaron este viernes con la inspección de su casa de descanso en El Calafate, extremo sur del país.
Este allanamiento comenzó a mitad de la tarde, a cargo de los mismos peritos que el jueves revisaron otro de sus domicilios en Río Gallegos, a 300 kilómetros de distancia, según la prensa en el lugar.
Se trata de una casa de dos pisos con jardín, ubicada frente al imponente glaciar Perito Moreno.
Realizados a pedido del juez Claudio Bonadio y con gran despliegue policial, los allanamientos buscan contrastar los espacios interiores de las viviendas con relatos de imputados arrepentidos de este proceso judicial. También sirven para comparar con los planos y se escanean paredes y techos.
La otra residencia allanada fue el departamento de Kirchner en el elegante barrio Recoleta, de Buenos Aires, en un procedimiento que se extendió por 13 horas y terminó en la madrugada de este viernes.
El allanamiento en Buenos Aires atrajo la atención de decenas de periodistas, que durante horas transmitieron las incidencias a las puertas del edificio, y también la movilización de partidarios de la expresidenta que fueron a expresarle su respaldo.
“Las cosas que nos faltan”
Cristina Kirchner, quien gobernó Argentina entre 2007 y 2015, y ocupa ahora una banca en el Senado, es la persona de más alto rango investigada en el caso conocido como “los cuadernos de la corrupción”, que implica a una docena de exfuncionarios kirchneristas y a una treintena de altos empresarios.
La trama de sobornos, narrada en una serie de detallados diarios que llevó un chofer del ministerio de Planificación y que terminaron en manos de la justicia, abarca también la presidencia del ya fallecido Néstor Kirchner (2003-2007).
Según esos apuntes, empresarios de la construcción entregaron incontables bolsos con dólares en efectivo a cambio de obtener contratos en la obra pública. Y la pareja Kirchner habría sido la principal beneficiada.
Los cálculos iniciales apuntan a coimas por unos 160 millones de dólares. En la lista de implicados figuran los nombres de los más conocidos empresarios, desde Carlos Wagner, presidente de la Cámara de la Construcción, hasta Angelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri.
En un momento de crisis económica, con una inflación proyectada de 30% este año y caída de la actividad económica, los relatos sobre millones de dólares escondidos irritan a la opinión pública.
El presidente Macri se refirió indirectamente al caso este viernes, durante un acto en Tucumán (norte) en el que dijo que “viendo todo lo que pasó, entendemos por qué nos faltan las rutas que necesitamos, los puertos o más energía”.
“La plata de la corrupción explica las cosas que nos faltan y los desafíos que tenemos”, añadió el mandatario, que lleva adelante un ajuste fiscal en acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Cristina Kirchner, la figura más destacada de la fragmentada oposición, alega ser víctima de una campaña de persecución política y ha comparado su caso con el del expresidente de Brasil Luiz Inacio Lula Da Silva, actualmente preso por corrupción.
“Abuso de autoridad”
Los allanamientos necesitaron la aprobación del Senado dado que Kirchner, elegida senadora en 2017, está amparada por fueros parlamentarios.
Su inmunidad como senadora impide que sea detenida, aunque sí puede ser imputada y condenada.
Carlos Beraldi, abogado de Kirchner, denunció este viernes por abuso de autoridad y violación a los deberes de funcionarios público al juez Bonadio, que no autorizó su presencia durante el allanamiento la víspera en Buenos Aires.
“A la hora de un allanamiento, el que abre la puerta, al que se le notifica, tiene derecho a estar presente. Por la expulsión de Beraldi, es nulo”, dijo este viernes a C5N Alberto Fernández, un exjefe de Gabinete de Cristina Kirchner.
Kirchner se ha quedado desde la noche del miércoles en la casa de su hija Florencia, en otro barrio de la capital argentina, sin volver a su departamento de Recoleta ni hacer declaraciones públicas.
DC / AFP