El Paquetazo y San Onofre. Por Eugenio Montoro

l pasado viernes asistíamos a una Misa en recuerdo de un buen amigo quien falleció recientemente. Los organizadores seleccionaron para el homenaje la Iglesia de San Onofre en Maracaibo y de salida nos preguntábamos sobre quién había sido ese Santo.

Simultáneamente, esa tarde, Maduro anunciaba una serie de medidas económicas que originaron inmediatas reacciones. Pronto vinieron a llamarlas “el paquetazo” recordando algún “paquete” de gobiernos anteriores y, sin darnos cuenta, las vinimos a conectar con San Onofre, ignorantes aún de cuán cerca estaban en realidad.

Onofre nació en lo que hoy es Etiopía y vivió alrededor de los años 400 de nuestra era. Parece que su familia era rica y poderosa, pero, al igual que Buda, vino a juntarse con unos monjes que vivían alejados del mundo, con mucha oración y silencio. A Onofre le pareció que era poca la penitencia, así que puso tienda aparte y vino a volverse un ermitaño en el duro desierto. Allí pasó toda la vida (si es que así se puede llamar) comiendo dátiles y semidesnudo, llevando solo unos calzones de ramas de palmeras, aunque no le hacían falta pues, aparte de estar solo, el cabello y la barba le habían crecido tanto que le cubrían casi todo el cuerpo.

San Onofre es un santo universal y con muchos seguidores. En Venezuela se celebra el 12 de junio y es patrono de los desempleados y de los que buscan chamba.

Así que no fue muy difícil conectar a San Onofre con el paquetazo. Con el aumento de sueldo que anunció el régimen, pasando de 5 a 180 millones, se puede anticipar que las empresas pequeñas y medianas no lo podrán pagarlo a sus empleados. Quizás pueden aumentar los precios de los productos, pero dependiendo del número de personas en la cadena de valor, los nuevos precios, podrían tener que aumentar entre 3 a 6 veces lo que podría sacarlos del negocio por falta de quien los compre.

Así que los empleadores tratarán de reducir el número de trabajadores con lo que el desempleo aumentará a pesar de San Onofre.

También anunció que habrá libre comercio de compra y venta de divisas que podrían ser dólares, euros, juanes y….petros. No hay que ser muy listo para anticipar que la mayoría se inclinará hacia el dólar y el petro tendrá que bajar su precio para que alguien lo compre y lo use casi de seguro para pagar alguna deuda con el gobierno. El resultado será que el dólar seguirá su camino al alza como ya es costumbre.

La otra promesa de Maduro, que tampoco cumplirá, es la de controlar los gastos de su gobierno “a lo prusiano”, es decir estrictamente, para no imprimir más dinero a lo loco. Pero empezó mal y haciendo lo contrario, pues dijo que iba a regalar 60 millones a cada carnetizado, unas10 millones de personas, o sea que gastará una cifra enorme con la friolera de catorce ceros. Pero, en fin, después de tantos años haciendo funcionar la impresora de billetes día y noche para disfrazar el populismo, sería un milagro que eso dejara de suceder.

Los venezolanos vamos a paso veloz a ser algo parecido al Onofre del siglo V pero en el siglo XXI. Este paquetazo no arreglará la hiperinflación, ni creará más empleo. Lo que sí está creando es un desierto sin palmeras ni dátiles.

Ya ocurren las primeras reacciones. Debemos cerrar filas. Los ciudadanos quieren cambiar al régimen, pero sin arriesgar su pellejo y hay que buscar la manera. Es hora de la creatividad y es hora de la Patria.

 

DC / Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es

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